Julián Redondo
El «9» cojo
Unos por tanto y otros por tan poco. Mourinho llegó a disponer de hasta cuatro «nueves» en el Real Madrid: «El Perro» Higuaín, «El Gato» Benzema, «Manolito» Adebayor y «Canterano» Morata. A Carlo Ancelotti, mucho menos afortunado que su avinagrado antecesor, le tocó en la tómbola de enero Chicharito para espolear a Benzema y apuntalar esa demarcación tan importante y tan desconsiderada, para desgracia de Benítez. Su delantero centro es Karim, con esa cabeza que tiene; pero intenta convencer a Cristiano de que un goleador como él en esa parcela del ariete hará época. Todos los tiros por la culata. Antes de que cristalizara el fichaje de Rafa Benítez, el Real Madrid peinó el mercado para adquirir un «9». O no lo encontró o no le agradaron los ofrecimientos y se quedó cojo. Entre lesiones y pleitos, Benzema continúa en el limbo. Acusa una preocupante falta de ritmo competitivo y algo parecido al exceso de peso, o es la impresión tras quedar en evidencia contra el Barça. En cuanto a Cristiano, hacerle jugar de delantero centro es mentarle la bicha, ni quiere ni le gusta; es menos veloz, acaso porque está más cachas que Bolt, y ha discutido con el gol. Bale «canta» incluso en la posición que anhela y lejos de la izquierda, donde el Madrid lo descubrió en el Tottenham, no rinde, por mucho que Benítez se empeñe en aprovecharlo.
Rafa trabaja a fondo, pero no se entiende con sus jugadores, sobre todo con los esenciales. Trata de enseñarles hasta la más primitiva noción futbolística y no lo consigue, porque es muy difícil adiestrar a quien no quiere escuchar. A Benítez le falta psicología y mano izquierda; a los jugadores, interés por aprender.
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