Andalucía

El bipartidismo aún resiste

El PSOE salva los muebles y resiste en Andalucía, último de sus feudos, en gran parte gracias al liderazgo de Susana Díaz. El resultado sirve para levantar la moral al partido en España, pero está por ver el alcance de la recuperación. El Partido Popular sufre un duro revés, cuyas consecuencias a escala nacional están también por ver. La dirección nacional de los populares con Mariano Rajoy a la cabeza se la han jugado allí, apoyando llamativamente al candidato Juanma Moreno de manera posiblemente exagerada, y ahora pagan las consecuencias. En realidad, no podían hacer otra cosa, si querían frenar el desastre. Pero, a pesar de la irrupción con fuerza, como se esperaba, de Podemos y Ciudadanos, el bipartidismo aparece debilitado, pero no muerto. Aún resiste. En todo caso, después de conocer los resultados andaluces, no se ha disipado la incertidumbre política en España, aunque todo indica que se confirma el cambio de ciclo. Se acabaron las mayorías absolutas y es la hora de los pactos. Esto sí parece plenamente extrapolable al mapa nacional, aunque con muy distintas dimensiones. En Andalucía Susana Díaz necesitará acuerdos con otras fuerzas para gobernar. Sigue, pues, como estaba antes. Así que podría pensar a estas horas, pasada la euforia inicial de la victoria pírrica, que para este viaje no se necesitaban alforjas. Con el calendario electoral que tenemos por delante, las nuevas fuerzas emergentes huirán presumiblemente del compromiso. Así que tanto hemos corrido como hemos andado. Supongo que pretenderá gobernar en minoría con acuerdos puntuales. Los que han pagado el pato son Izquierda Unida por el zarpazo de Podemos y el Partido Popular, en parte por la crecida de Ciudadanos, una fuerza que, después de este prometedor estreno andaluz, habrá que tener muy en cuenta en el futuro inmediato.

Había especial expectación tanto dentro como fuera de España por medir, en esta primera prueba, el alcance del fenómeno Podemos. Por lo pronto, la maniobra de Susana Díaz ha consistido en frenar su invasión. Y, en menor medida, por confirmar la proyección de Ciudadanos. Con los resultados, el interés por estas dos nuevas fuerzas no ha decaído. Habrá que ver ahora si de aquí a las elecciones generales les llega el cansancio, la fatiga de los materiales, porque a partir de ahora dejan de ser nuevas y tendrán que afinar mucho su comportamiento. Se les juzgará ya como a las demás. Habrán perdido la inocencia. Si, en contra de las previsiones más negativas, Podemos, que sigue siendo un partido bajo sospecha, consigue afianzarse, como creen ellos, como primera o segunda fuerza política, observadores cualificados creen que al final habrá que ir pensando en un Gobierno de gran coalición para evitar conturbaciones mayores.