El espejo de un pacto PNV-PSOE

¿La política es el arte de lo posible, como proclamaba Aristóteles, o es el arte de lo imposible, como defienden otros? Da igual una cosa que otra, pero una respuesta la dará la forma en que termine la tremenda crisis del PSOE, que no sólo afectará a su organización, incluso a su supervivencia, sino a futuro inmediato de España. Y ésta es más importante.

Si se produjera la improbable victoria de Pedro Sánchez y sus compañeros numantinos, las terceras elecciones aparecerían prácticamente inevitables. El «no es no...» del no se sabe si secretario o exsecretario general sólo obtendría como botín los comicios del 18 de diciembre, nunca alcanzar su sueño de presidir un Gobierno con separatistas, comunistas, izquierdas radicales y demás mariachis que hoy componen el escenario político español.

Si, finalmente y como invita la racionalidad, vence la rebelión de los pesos pesados del partido, precisamente quienes han ganado elecciones o presiden gobiernos autonómicos, ¿serán capaces de entregarle la presidencia a Mariano Rajoy y enfrentarse a amplios sectores de las bases socialistas, a las que durante años se les ha inculcado el odio ciego al Partido Popular? No sé, no sé... Entonces, ¿cuál podría ser la solución para evitar las terceras elecciones? La idea de mi amigo Rogelio no me parece tan descabellada. Aquí es donde emerge el arte de lo posible, también de lo imposible: el Partido Nacionalista Vasco. Dado que necesita al PSOE y al PP para mantenerse en Ajuria Enea y que Urkullu no se inclina por los populares, podría elegir a los socialistas de Felipe, Zapatero, Rubalcaba, Almunia, Susana.... y, a cambio, aceptar dar el «sí» a Rajoy para que pudieran mantener el voto negativo y contentar a esas bases reticentes.

Puestos a idear y pensándolo bien, la operación también podría valer en el primer supuesto, aunque el odio de Sánchez a Rajoy va más allá de encontrar una salida que no sea la de él en La Moncloa. Y ahora, en la agonía, menos. Así es la vida.