Julián Redondo

El mito y la moto

La Razón
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Aclarado queda, Ancelotti no tendrá que pedir perdón por ganar la «Décima»; pero tampoco es el mejor míster de la «era Florentino» porque, a ver, ¿a quién quieres más, a papá o a «Moumou»? He ahí el dilema. Lo importante, sin embargo, no es el récord de los cuatro títulos de don Carlo en un año, que ningún otro técnico en el Madrid ha conseguido, sino que ha sido ratificado. Al tanto del ruido propiciado por los malos resultados, el presidente subió al atril y lanzó un mensaje de serenidad a la parroquia madridista. Alabó las virtudes del entrenador, destacó su mano izquierda para lidiar en situaciones comprometidas y en clubes de alta gama, le defendió, como a Bale, Casillas y Cristiano, y redundó en lo evidente: el Madrid es segundo en la Liga y está en cuartos de la «Champions», no como otros. Exacto. Celebro la ratificación de Ancelotti, que es un mito y no una moto –su palmarés en diversos banquillos lo demuestra–, y no me sorprende la eliminación del Chelsea, que durante 90 minutos jugó contra diez y no dispuso de un plan ni A ni B para deshacerse del aguerrido PSG. Le faltó ese gen competitivo que al Madrid le viene de fábrica desde que en los años 50 Alfredo di Stéfano entró en su caseta. Característica esencial de este equipo con 113 años de edad ha sido su afán de superación y luchar hasta que el árbitro señala el final del partido. Otra cosa diferente es que lo gane todo, ni con Bernabéu eso fue posible, y tampoco lo será con Florentino pues, entonces, ya no aludiríamos al ser superior que describió Butragueño, sino a alguien infinitamente superior. Imposible, ¿verdad?