Iñaki Zaragüeta

El PP necesita tensión

Alberto Fabra y Serafín Castellano, como cabezas de la organización regional del PP, aciertan al haber iniciado los llamamientos a sus huestes con la vista en las elecciones, especialmente en un momento que las encuestas ofrecen nubarrones para sus filas.

La muestra dada a conocer por el PSPV, en la que el PPCV se queda lejos de mantener la Generalitat, carecería de importancia al ser realizada por un partido, si no fuera por la coincidencia con todas las publicadas en diferentes medios de comunicación con vitola heterogénea en cuanto al espectro ideológico de sus lectores.

Los resultados -PP baja de 55 a 36 diputados y el PSPV de 33 a 30, mientras que Compromís sube de 6 a 15, EU de 5 a 11 y UPyD de cero a 7 escaños- indican, de cumplirse, un cambio espectacular en el Parlamento Autonómico. El hecho de que también prevea un descenso de quien la ha encargado, le ofrece un plus de credibilidad.

Los populares no pueden confiarse en el miedo social que pueda provocar un Gobierno tripartito. Ojo que aún existe la posibilidad de otro PSPV, EU-UPyD, dejando fuera a Compromís, que no disgusta a Ximo Puig, según mi amigo Rogelio.

El PP está obligado a conectar con los ciudadanos, a exigir al Gobierno la anulación de las injusticias, a demostrar nuevas formas de conducta personal y política y, quizá, hasta a presentar una alineación tan renovada que resulte creíble para recuperar el voto de quienes hoy piensan abandonarles. Teniendo en cuenta, eso sí, quiénes son sus activos electorales, como Rita Barberá. Así es la vida.