Alfonso Merlos

El profesor chiflado

Impresionante, extraordinario, mágico, genial. Lo del doctor Andreu Mas-Colell es un verdadero prodigio. Podríamos colegir simplemente que estamos ante la clásica figura del profe chiflado. Pero seríamos profundamente injustos. Estamos ante un personaje de convicciones férreas, innegociables: la primera, que una región con absoluta autonomía política y replegada sobre sí misma crea más riqueza y prosperidad que una economía abierta de libre mercado; la segunda, que la independencia de Cataluña consagraría el despunte de esa parte de España que sufre el desagradable lastre del resto. Más allá del disparate y el insulto de tales teorías no soportadas por argumentos sólidos, sino montadas débilmente sobre burdas excusas, está el ridículo. Estamos ante el sujeto que en su momento confesó que el único banco que se fiaba de las mesnadas de Artur Mas y cía se llamaba «Gobierno de España». Estamos ante el personaje que hace cuatro días ha salido a Estados Unidos en busca de financiación para cortocircuitar al perverso Montoro y ha recibido un soberano y neoyorkino portazo en las narices. O sea, asistimos a la presencia del clásico correveidile que de cuando en cuando sale a por lana y termina trasquilado. Va de suyo que el jefe de los dineros en Barcelona vuelva de forma recurrente con el cuento y las cuentas de las balanzas fiscales. Pero más allá de las bromas, tomemos en serio sus acusaciones: NADIE (en Albacete o Valladolid o Mérida o Santander) roba a los ciudadanos catalanes. Porque robar es apropiarse de algo ajeno contra la voluntad de su dueño usando la violencia. Aquí el único atraco sigiloso es el de los mal llamados soberanistas de corbata y barretina contra los españoles que viven en una de las más hermosas regiones que tiene una gran nación llamada España. Punto.