Política

Iñaki Zaragüeta

El PSOE y sus contradicciones

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El caso es negar el pan y la sal al contrario, sin tener en cuenta que la realidad termina por imponerse. No es el mejor camino para lograr la confianza de los ciudadanos. No sorprende, por tanto, que sean los suyos los primeros en cuestionarle, que a los pocos meses de acceder al cargo se encuentre ya en la inestabilidad interna. Tanto, que ya se duda, incluso, de que termine por ser el candidato socialista en las elecciones de finales de 2015.

Me refiero, por supuesto, al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, quien ha apostado por una línea de contradicciones. Se distingue por afirmar una cosa y la contraria. Como hizo ayer, por poner un ejemplo de lo más reciente. A la vez que criticó y negó las afirmaciones del presidente del Gobierno sobre los avances evidentes en economía, reconoció la mejora en ese capítulo. Eso sí, ningún mérito para la política gubernamental. Tan sólo gracias a la caída del precio de petróleo, sin percibir que esta circunstancia no había aparecido cuando se cernía sobre España el drama de la intervención, cuando desde importantes plataformas nacionales no sólo se temía sino que se reclamaba la actuación de los hombres de negro de la UE como única fórmula para salvar la situación.

Sánchez acierta al afirmar que sólo se podrá cantar victoria sobre la crisis cuando se recuperen los niveles de empleo. Sin embargo, se engaña y pretende lo propio con nosotros al no admitir que ya ha comenzado la creación de empleo, el aumento del consumo, la subida de las exportaciones y algún indicador trascendente más. Da la impresión de que desea que las cosas vayan mal.

Aunque si es verdad aquel axioma «sólo los imbéciles no se contradicen nunca», va por buen camino. Así es la vida.