Agustín de Grado
El PSOE ya tiene su Nixon
Buscaba Rubalcaba su Nixon en Rajoy y lo ha encontrado en Griñán. Quería una dimisión. Ya la tiene. En su propia casa. Porque además de ser el presidente de Andalucía acusado por el interventor de estar incurriendo en el mayor caso de corrupción de la historia de España, Griñán es presidente del PSOE. Qué inoportunidad, ahora que habían salido de caza... Tanta excitación y desmemoria les pierde.
Sólo un ministro ha dado con sus huesos en la cárcel en cuarenta años de democracia. Fue Barrionuevo, a quien el Tribunal Supremo, en sentencia ratificada por el Constitucional, condenó por un delito de secuestro y otro de malversación de caudales públicos. Barrionuevo ingresó en la prisión de Guadalajara arropado por Felipe González y 7.000 militantes socialistas, muchos de ellos llegados en autobuses fletados por el partido en Andalucía. Allí estaba Rubalcaba también. Abrazando al reo convicto con quien había formado gabinete y por el que tenía un afecto que entonces no se expresaba por SMS, aunque hacerlo hoy sea para algunos la prueba de cargo contra Rajoy. ¡Connivencia!, acusa Rubalcaba. Recuerden de nuevo la foto: el ministro condenado, el presidente que lo amparó, el portavoz que todo lo justificaba. Los tres a la puerta de la cárcel despidiendo al delincuente. Mal asunto tener la espalda descubierta cuando conviertes la política en cacería furtiva.
Nixon cayó al demostrarse que había urdido un plan para encubrir el asalto al Watergate. Griñán lo hace cuando su obstruccionismo no ha podido quebrar la tenacidad de la juez Alaya. Nadie puede acusar a Rajoy de estar entorpeciendo la investigación de policías, fiscales y jueces. Bárcenas se lo exigió y está en la cárcel.
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