Martín Prieto

El que manda es Junqueras

Escribía Gustavo Flaubert en sus «Pensamientos» que la obligación de vivir en un rincón de tierra marcada con rojo o azul sobre el mapa y detestar por ello los otros rincones que aparecen de color verde o negro, le ha parecido siempre algo mezquino y limitado y de una estupidez acabada. Un debilitadísimo Artur Mas será investido Molt Honorable con el apoyo legislativo de Oriol Junqueras, líder de ERC, justo mañana 21 de diciembre, última fecha de la cuenta larga en el calendario maya que supone el fin de los tiempos, al menos para Cataluña. El Principado se comporta ya como Estado y en una batería de nuevos impuestos tan caros a ERC y tan enojosos para CiU introducen otro ilegal y retroactivo sobre los depósitos bancarios que usan instrumentalmente los ciudadanos para cobrar o pagar facturas y guardar un mínimo para un imprevisto, por lo que la banca cobra suculentas comisiones. La política social que los catalanes han de esperar de sus republicanos. Oriol Junqueras ha impuesto el referéndum para 2014, aplazable según la situación económica. Se pone la venda antes de la pedrada por si dentro de un año Cataluña no es Kuwait y tiene que ser rescatada por el ominoso Madrid de los dineros. La prominente mandíbula de Artur Mas, a lo Clark Kent, ha resultado de cristal: ha arruinado al país de sus sueños como un pintor con párkinson, ha perdido la mayoría absoluta, ha engarzado un discurso de falsedades y ha envuelto su desnudez administrativa e intelectual en la estelada a la que pide milagros. Junqueras oculta sus responsabilidades en la quiebra catalana durante el esperpéntico tripartito (a la independencia por el desgobierno y la ruina ) pero con ese aspecto ogresco devora a Artur Mas como a un Pulgarcito. Historiador contemporáneo y de la Economía ha estudiado demasiado 1898 y la pérdida de Cuba, depresión española que parece interesarle. Se creerá un mambís a la catalana pero es el hombre peligroso. El feroz Artur Mas, pese a su vocinglería, queda muy por debajo de Prat de la Riba. Venezuela se acerca al Mediterráneo.