Elecciones generales
El valor de la estabilidad
Ha concluido la legislatura más breve de la democracia. No es algo que se pueda considerar positivo, pero tampoco estamos ante una catástrofe. La economía mantiene un excelente ritmo de crecimiento, aunque es verdad que probablemente sería mayor si tuviéramos gobierno. Hay que matizar que no sirve cualquier gobierno, porque un frente populista sería un desastre y ahuyentaría la inversión y el consumo. La estabilidad es un valor muy importante tanto política como económicamente. La gestión de Rajoy ha sido buena como ponen de manifiesto los datos. Hay que recordar que hemos afrontado la crisis más grave desde la posguerra y hemos salido con un crecimiento que se sitúa alrededor del 3 por ciento. Los datos son muy claros y los mostraré en los próximos apuntes, pero es bueno tener en cuenta que entre 1996 y 2007 crecíamos a un ritmo superior del 3 por ciento. En el 2015 nos situamos en un 3,2. La gestión socialista de la crisis fue una catástrofe, aunque algunas medidas se pudieron tomar con buena intención pero desde la miopía o la ignorancia. El gobierno del PP ha sufrido un gran desgaste como consecuencia de los duros efectos de la crisis, el desengaño de millones de jóvenes que salen y han salido de la Universidad sin esperanza en el futuro, unas clases medias que han sufrido un retroceso brutal, la imprescindible presión fiscal para hacer frente a una caída de ingresos de casi 70.000 millones y la corrupción. Es cierto que las reformas han dado buenos resultados, a pesar de la cansina cantinela de algunos economistas, tertulianos y políticos, pero no ha habido tiempo para que Rajoy recuperara un mayor porcentaje del voto perdido. El dato positivo es que ganó claramente las elecciones, pero con un resultado insuficiente para gobernar por la actitud del PSOE que desde el primer momento rechazó una gran coalición como sucede habitualmente en el resto de Europa. Los argumentos sobre los recortes en boca de un partido que estuvo a punto de llevarnos al rescate me causan estupor al igual que la corrupción teniendo en cuenta los casos que afectan al PSOE. Los socialistas ven la paja en el ojo ajeno e ignoran la viga en el propio. Ahora comienza una campaña, aunque realmente lo hizo el día después de las elecciones generales de 2015, y las perspectivas son buenas para el PP y muy malas para el PSOE.
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