Iñaki Zaragüeta

En el centro del escándalo

Esto es un sinvivir. Por más esperado que estuviera, convulsiona que la mancha de la corrupción vaya extendiéndose a diestro y siniestro, como se demostró ayer con la petición al juez por parte de la Fiscalía Anticorrupción de que impute a los ex secretarios generales de UGT-Andalucía, Manuel Pastrana y Francisco Fernández Sevilla, en la causa del supuesto fraude de las facturas falsas de la organización y su posible financiación irregular, utilizando el fraude, presunto por supuesto, mediante las subvenciones a los fondos de formación.

Parece mentira que los dirigentes de un sindicato como éste hayan protagonizado tanta desvergüenza. ¡Qué lejos les queda a este tipo de cabecillas la austeridad de su fundador, Pablo Iglesias, que vivió en la redacción de «El Socialista» para identificarse con los padeceres de la clase trabajadora!

El escándalo andaluz crece como un tsunami afectando a PSOE e IU y sindicales, UGT y CC OO, que han tocado poder, al igual que ha sucedido con las tarjetas «opacas» de Caja Madrid, aceptadas por los representantes de todos los partidos, sindicatos y patronal, también por los ejecutivos de la propia entidad financiera, presentes en el Consejo de Administración.

Lo peor del caso es que este comportamiento inaceptable da la razón a Podemos cuando mete a todos los protagonistas de la democracia en el mismo saco, en la «casta», como gustan calificar a todos ellos. Buscarán explicación al rechazo social del que son objeto los partidos, sindicatos, cajas y bancos tras escuchar las peroratas de Pablo Iglesias –no confundir con el fundador de UGT y el PSOE– y Juan Carlos Monedero. Así es la vida.