Iñaki Zaragüeta

Ésos no son el conjunto universitario

Desde el momento en que un grupo, universitarios o de cualquier otro empleo o dedicación, interrumpen un acto oficial rompiendo el compromiso adquirido, dando gritos y empujones y, aprovechando la presencia del arzobispo Carlos Osoro como invitado, lanzan proclamas «fuera la Iglesia de la Universidad», me veo obligado a pensar que no es la mejora de la calidad educativa ni la superación del fracaso escolar ni el aumento del índice de conocimiento lo que les preocupa. Son otros objetivos, probablemente relacionados con la actividad política e ideológica o, como pretenden algunos de esos movimientos que siempre han existido, el caos.

Lo cierto es que el colectivo incumplió lo acordado con los dirigentes de la Universidad Politécnica de Valencia. Ni leyeron el comunicado convenido ni esperaron a que entrara la comitiva ni abandonaron el estrado. ¿Para qué toda esta actuación? Para nada positivo, para tener en su revólver la muesca de provocar la suspensión de tan solemne evento por primera vez en los 45 años de historia del prestigioso centro educativo.

Es preocupante que la algarada supla lo que debía interesar a los universitarios. Más de una vez he expresado, por escrito y de palabra, mi sorpresa por la quietud de los universitarios respecto a la vida pública, preocupación que nada tiene que ver con la conducta tribual exhibida ayer. Coincido con el rector Francisco Mora de que esa banda «no representa a los estudiantes ni el sentir del conjunto de la comunidad de la UPV». Así es la vida.