Catolicismo

Evangelio de la paz

La Razón
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El Papa a ido a Colombia con el Evangelio como única divisa y equipaje. Francisco se ha presentado ante los colombianos para contribuir a la paz y a la reconciliación, sirviendo el Evangelio de la verdad, de la justicia, de la misericordia y de la reconciliación. Bien sabe Francisco que la sociedad colombiana vive polarizada la situación creada tras el acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC. Bien sabe que en el referéndum de hace casi un año ganó la abstención (el 60%) y de los votantes, el 50,2% votó «no». Y bien sabe Francisco, que en diciembre pasado reunió en el Vaticano al presidente actual, Juan Manuel Santos, y a su predecesor, Álvaro Uribe, máximos abanderados respectivos del «sí» y del «no», que la paz es un primado evangélico insoslayable y la única base posible para el progreso y la concordia.

¿Y cuál fue la paz que Francisco ha predicado y servido en Colombia? ¿Cuál ha sido su «paso» –en alusión al lema del viaje–, sus pasos y contribuciones hacia ella? He aquí cuatro frases: «La verdad es compañera inseparable de la justicia y de la misericordia»; «la caridad ayuda a comprender la verdad y la verdad reclama gestos de caridad», y «la reconciliación se consolida con el aporte de todos, permite construir el futuro y hace crecer la esperanza» y todo ello desde el Señor, «el único que nos sostiene y alienta para poder contribuir a la reconciliación y a la paz». Más que palabras y también poderosísimos gestos. He aquí tres de ellos: el gran encuentro nacional de oración ante el Cristo mutilado de Bojayá, su parada y silente plegaria ante la gran cruz de la reconciliación y memorial de los ocho millones y medio de damnificados por el conflicto armado y el árbol para la paz plantado junto a dos niños. Ha sido un viaje con y desde el Evangelio, que en Colombia ha resonado con estas palabras del Papa: «Colombia, déjate reconciliar. No le temas a la verdad ni a la justicia».