Fórmula 1
F-Alonso
Renovarse o morir. Taxativo. Blanco o negro. ¿Y el gris? Del Bosque confió en la Selección campeona del Mundo y de Europa y optó por aplazar la restauración. La formalidad, el agradecimiento a los servicios prestados, el gol que no fue de Silva a Holanda, que hubiese sido el 2-0 en el minuto 42, y un minuto después empató Van Persie. Principio y fin de la Roja en un solo acto. España terminó empantanada, barrida (1-5) por la Oranje, y el seleccionador y todo el grupo, señalados. Cuesta abajo en la rodada, hasta la revolución silenciosa, o no tanto, de Lopetegui, que ya ha introducido nueve jugadores «suyos» en la Selección que ahora busca el proximo Mundial.
Julen avanza hacia Rusia con los cambios porque cuando algo deja de funcionar es preciso innovar. En esa línea operó Fernado Alonso, y pido disculpas por el abrupto salto del césped al asfalto y la velocidad. El piloto dejó Ferrari porque no le frabricaban un coche ganador y escuchó a Ron Dennis, con el que tan mal terminó en la etapa en que coincidió con Lewis Hamilton. Le dijeron que Honda y Mclaren iban a situarle de nuevo en la «pole»... Ya ni siquiera acaba las carreras. El desastre es tan superlativo como la catástrofe de Honda. Se habla de cambiar de motor, de abandonar a los japoneses, que pagan cien millones de patrocinio más los motores, como si Mercedes fuera a facilitar uno mejor que el que tienen Hamilton o Valtteri Bottas. Con otro podrían competir con el Force India, pero ¿y la millonada del «sponsor» quién la pone?
McLaren ha perdido sustancia gris y la revolución exige romper con Honda, no ahora, y reinventar la Fórmula Alonso. Tarea más complicada que la de Lopetegui.
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