Fútbol

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Flor y bocinazo

La Razón
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L9 Más que...

El Barça es más que un club. Ese «más que un club» se llama Messi. Estoy seguro: sin él, el Barça, en la Liga, estaría todavía más lejos del Madrid. Messi, manufacturando goles o gestándolos, es divina y científicamente mágico. «Científico y ángel de la guarda», que opina Hernán San Pedro, de donde se deduce que ciencia y divinidad –o religión– no son antagónicos, como creen los ateos.

–¿Usted va a misa?, me preguntan a veces los adolescentes de las nuevas generaciones.

Contesto siempre lo mismo:

–Voy a misa y voy al fútbol. Son dos «ires» avenidos, nada hostiles entre sí.

No lo he olvidado. Me dijo, en una cena, Tierno Galván:

–Es usted un hombre de fe. Como le envidio.

M10 «The Best»

Hay como desdén o arrogancia, o ambas cosas, en la frase de Ronaldo en la Cope: «‘‘The Best’’ ha sido para ‘‘The Best’’, que soy yo». CR7 es así, como así es también Mourinho. Los dos portugueses, qué coincidencia, y los dos altivos.

–¿Pecado ser así?

–En absoluto. A los dos les sonríe la vida; los dos, cada uno en lo suyo, ejercen magisterio, y los dos presumen, por consiguiente, de lo que son: capitanes generales del balón.

La ley es texto e interpretación y los premios son el voto y la interpretación de los votantes. Luego si «fútbol es fútbol», también «democracia es democracia», y, por lo tanto, el premio «The Best» al Mejor Jugador FIFA de 2016, según el democrático jurado de seleccionadores, capitanes y periodistas ha sido CR7. «The Best», cierta y aritméticamente, es él, CR7.

–De todos modos –exclaman y escriben enojados los forofos del Barça– el mejor es Messi.

Messi, en efecto, es majestuoso. Tal vez, sí, tal vez sea el mejor del mundo. No voy a discutir eso, en cuanto que yo también admiro a Messi, tanto como sus forofos. Pero CR7, en 2016, ha hecho un colosal triplete de títulos, y dentro de ese ciclo, goles también colosales, amén de decisivos. Y el fútbol, no se olvide, parafraseando a Luis Aragonés, es el gol, el gol y siempre el gol que da títulos.

X11 Sobreponerse

Hay que sobreponerse a todo. A la pereza, a las pocas ganas de ir al trabajo, a las contrariedades, a las utopías de Pablo Iglesias y a otros desencantos y precariedades.

Como al garrotazo, impensado e impensable, del Las Palmas al Atlético. Lo del Atlético es más bien despiste o exceso de confianza, de donde se colige, una vez más, que en el fútbol es fútbol todo el partido, desde el principio hasta el último minuto de la prórroga.

J12 Estilo

Valoro, y mucho, el estilo (educación, respeto). El estilo es una facultad del corazón, más que de la mente. Luis Enrique, tan áspero casi siempre, a veces, sin embargo, es ocurrente, irónico. Comentando los sufrimientos del Barça ha dicho que «el fútbol es así», a imagen y semejanza del «fútbol es fútbol», de Boskov. El fútbol, afortunadamente, es también suspense e incertidumbre.

–Las superioridades óptimas aburren, menguan el interés.

Corroboro el pensamiento. El entrenador del Athletic, Ernesto Valverde, como tiene estilo, en lugar de «cabrearse» con el árbitro, reconoce caballerescamente que el Barça ha sido superior: «Hemos mantenido la incertidumbre, pero ellos han sido mejores. Luis Enrique es un gran entrenador. En cuanto a Messi, qué difícil es evitar sus goles de falta».

V13 Creer

Dijo alguien:

–Yo no temo al Real Madrid, temo a la flor de Zidane y al gol sobre el bocinazo.

Flor y bocinazo, ¿columnas hercúleas del Real Madrid? Lo cierto es que el Sevilla «creyó en él» y pugnó denodadamente por eliminar al Madrid. Casi lo consigue. El Real Madrid, sin embargo, en plan funambulista, «¡hala, sin manos!», esto es, sin BBC y sin Modric, entre otros, creyó también en él y sea por su complicidad con la flor y el bocinazo o sea, sencillamente, por el talento, suma ya, invicto, cuarenta partidos.

–Cometería un error el Barça si se dejase quitar por los chinos a Messi y caería también en error el Real si no regase la flor de Zidane. Creo en estas cosas: la bocina, la flor, el talismán...