Gaspar Rosety

Fondos de inversión

La realidad de la mayor parte de las entidades de nuestro fútbol profesional pasa por una alarmante falta de liquidez. Los clubes no disponen de dinero para afrontar los pagos que deben efectuar. En consecuencia, los fondos de inversión y la venta de derechos económicos se configuran como grandes protagonistas de la Liga Profesional española.

Ante la ausencia de billetes y la negativa habitual de los bancos a prestar dinero, los clubes han visto en esta posibilidad la única vía de financiación. No fue gran motivo de preocupación el hecho de que los directivos y consejeros sustituyeran su refuerzo económico bancario por la inversión de fondos de capital de riesgo hasta que un buen día vimos la etiqueta de una de estas empresas en las camisetas de varios equipos. Ese grupo nunca dio la cara y las SAD jamás se explicaron con claridad. Es un asunto tabú. Ni siquiera se han molestado en explicar lo que son y cómo actúan.

Creció la sospecha de que un fondo que estuviera en posesión de los derechos económicos de jugadores en varios equipos podría, en un hipotético supuesto, amañar un resultado, dando por hecha la corrupción mediante la actuación de los futbolistas. En mi opinión, ello, y el oscurantismo que los rodea, nos lleva al gran temor del mundo futbolístico, los amaños de partidos.

El drama no reside en vender los derechos económicos sino en los sobornos a futbolistas y esa opción no contempla la presunción de inocencia del jugador, sino que lo pone en el ojo del huracán. Lo que pone en riesgo el juego limpio de la competición son las apuestas y la oscuridad.