Irene Villa
Generosidad
La generosidad ha de contagiarse, porque junto al amor, mueve el mundo. Impulsar la solidaridad es lo que hacen eventos tan importantes y mediáticos como la reciente Gala Starlite. Antonio Banderas, quien en su seguramente escaso tiempo libre podría dedicarse a mil cosas, jugar al golf o sencillamente descansar, decide impulsar la generosidad, y asegura que «mientras más crezca la gala, más crecen las posibilidades que nos dan a las fundaciones para seguir respondiendo a nuestros objetivos». Se refiere a Niños en Alegría, con Sandra García-Sanjuán y Alejandra Alemán al frente, y Lágrimas y Favores, fundada por él para ofrecer becas de estudio y ayudar a entidades como Cáritas parroquial o Cudeca. Sabe que la repercusión que esta cita benéfica está adquiriendo, no sólo a nivel nacional, es fundamental y gracias al trabajo también de la otra gran anfitriona de la noche benéfica más importante de España, Sandra, hay interés en celebrarla en otros lugares como México, quizá muy pronto, Singapur o Rusia. Cuando Antonio Banderas entregaba el premio a una simpatiquísima Laura Pausini, colaboradora de Unicef, habló de la responsabilidad de los famosos de ayudar, por el enorme altavoz que poseen. También recibieron reconocimiento el mexicano Miguel Alemán, Cayetano Rivera, por la Fundación Yo niño –ahora cerca de su hermano Fran que se recupera de la brutal cornada, desde aquí toda nuestra fuerza–, Imanol Arias, embajador de Unicef, Mireya Cisneros, presidenta del grupo Unidos en Red, y servidora, aunque como dije, el mérito de nuestra fundación es de Juan Pablo Lauro, por su trabajo y su pasión en todos los proyectos.
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