Golpe de efecto

El Real Madrid ha de resolver su principal problema antes de lanzarse al mercado. Antes de que se pongan en una cuartilla las necesidades habrá que saber con qué entrenador se cuenta. Que se diga que aspira a fichar a Kondogbia suena a conformidad de Mourinho. Para otro tipo de futbolista no se contaría con su opinión, ya que se corre el riesgo de que sólo desee más músculo.

Para que hable Mourinho y se planifique el futuro es preciso contar con el presidente. A Florentino Pérez le pueden vender algún pollino, como ha ocurrido en los últimos tiempos, pero en su idea está fichar una gran estrella. El presidente madridista siempre ha dicho que los mejores futbolistas del mundo deben aspirar a jugar en su equipo y, siguiendo tal pauta, sus decisiones han sido contratar galácticos. Florentino puede comprar un Neymar, aunque valga una fortuna. Que fichen jugadores que hacen equipo no le inquieta. De esa talla siempre hay en el armario del fútbol mundial.

El Madrid tiene el compromiso de llegar a la final de la Liga de Campeones. Después, el de ganarla. Entre una cuestión y la siguiente siempre estará presente el futuro del entrenador. Cualquiera que sea quien ocupe el banquillo del Santiago Bernabéu, no cabe duda de que el deseo del presidente está en poner alfombra roja en el Bernabéu, para que miles de aficionados vayan a solazarse con la presencia de un jugador que incluso pueda epatar a Cristiano Ronaldo. En el Bernabéu habrá golpe de efecto. No es, por supuesto, Kondogbia.

Posdata. En la Liga Profesional pasaremos de Herodes a Pilatos.