Lucas Haurie

Hambre nacionalizada

A falta de bienes por nacionalizar, el bipartito pretende colectivizar la ruina en la más acendrada tradición del socialismo real. Es sabida la definición canónica de las diferencias entre las economías liberales y estatalistas: la primera tiende al enriquecimiento de todos mientras que la segunda a todos iguala en la pobreza. En eso anda la Junta, intervencionista hasta en el hambre de los menesterosos que en Andalucía se multiplican a pesar del esfuerzo de las tres instituciones a las que Diego Valderas pretende diluir en esos entramados burocráticos tan caros a los comunistas. Varias docenas de militantes de IU accederán a un sueldo público con la creación de la Red de Solidaridad y Garantía Alimentaria, el ente destinado a destruir, modos junteros mediante, a Cáritas, Banco de Alimentos y Cruz Roja. Había graves dificultades con el abastecimiento de pan en Moscú y un funcionario de la embajada soviética, recién llegado a Londres, quedó maravillado ante la abundancia de las panaderías inglesas. No le entraba en la cabeza que lo que era imposible para las inmensas plantaciones de grano de Ucrania, se lograba en Occidente importando el trigo nada menos que desde Argentina. Curioso, pidió una entrevista por mediación de un diplomático local. «Quiero hablar con el responsable de oficina de la distribución del pan para adaptar sus métodos en mi país», dijo. «Aquí no hay ninguna oficina para eso», le contestaron con flema británica. Medio siglo después, nuestra progresía sigue estancada en sus antiquísimos mitos. Nunca abandonarán el Neolítico.