Julián García Candau
Imagen perdida
El Barcelona necesitaba ganar al Deportivo para cortar su racha de derrotas, muy sensibles las tres, y lo consiguió. Precisaba mejorar su imagen porque el juego no había sido satisfactorio y muy alejado de su estilo, y lo logró a medias. El Barça tiró por la borda de manera inesperada su mejor condición futbolística y si recuperarla para intentar la eliminación del Milán era prioritaria, por lo visto frente al último de la Liga, del que le separaban 51 puntos, no puede afirmarse que lo lograra.
En su descargo cabe decir que no alineó a sus mejores hombres porque los reservó para mañana. No obstante, en la segunda parte, acabó por poner en juego a Messi, Iniesta y Busquets para ganar más firmeza en la zona media y más creación y remate en el ataque. Messi volvió a comparecer ante la portería contraria con el gol que dio tranquilidad al Camp Nou y que sirvió para que se recordara que lleva marcando tantos durante diecisiete jornadas consecutivas.
En el campeonato liguero, pese a las dificultades con que venció, afirmó su indiscutible liderato. Moralmente, habría sido duro palo llegar al encuentro de Liga de Campeones sin sumar una victoria más. Frente a los milaneses, Jordi Roura pondrá en liza al equipo de gala del que parece que en estos momentos sobra Cesc y en el que volveremos a ver a Alexis antes que a Villa. El chileno marcó y el delantero asturiano, tal vez cargado de ansiedad, no encontró la portería de Aranzubia. El Barça sigue siendo incógnita. El Milán es dura prueba.
Posdata. Jordi Roura dirige por teléfono al Barcelona y Karanka ejerce ventriloquia en el Real Madrid.
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