Carmen Enríquez
Incierto futuro
El abatimiento y la preocupación se ciernen sobre el hogar de los duques de Palma después de conocerse la imputación del secretario de la Infanta, Carlos García Revenga, en el caso Nóos y la altísima cuantía impuesta como fianza a Iñaki Urdangarín. Nada extraño, dada la gravedad de la situación que rodea a la hija de los Reyes y a su marido, que ven como la instrucción del juez Castro arrastra a personas de su confianza que han dedicado muchos años de su vida a su servicio y amenaza con llevarse por delante a todo aquel que se haya relacionado en algún momento con ese instituto. Que el abogado de Urdangarín diga que la Infanta Cristina esta «muy afectada» por la imputación de Revenga y que admita eufemísticamente que su marido no atraviesa «por su mejor momento» da buena idea del ambiente que se debe respirar en estos momentos en su residencia del barrio de Pedralbes de la capital catalana. Comprobar como la ola de acusaciones por las irregularidades cometidas por el todavía duque de Palma se ha convertido en un año en un auténtico tsunami que amenaza seriamente la estabilidad de la institución monárquica debe llenar de sentimientos de culpa a la pareja formada por la Infanta y el antiguo deportista de elite que no supo adaptar su vida a la etapa posterior a su brillante carrera como balonmanista. El futuro de los duques de Palma se presenta bastante oscuro ya que cada vez el cerco judicial se estrecha mas y mas en torno a ellos. El anuncio de que la Abogacía del Estado se personara en el proceso, ante la presunción de que se haya incurrido en delito fiscal por parte de Iñaki Urdangarín, añade mas gravedad al asunto. Y hace pensar que es difícil, ante tal cúmulo de acusaciones, que el marido de la Infanta y yerno del Rey pueda salir indemne de todo este turbio proceso.
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