Iñaki Zaragüeta

Injustos con Valencia

La Comunidad Valenciana se ha convertido en el recurso fácil para mostrar como ejemplo de casos de despilfarro, a pesar de que un análisis objetivo de las circunstancias demuestra la injusticia de ese trato, sobre todo si se compara respecto a otras comunidades. Es muy fácil acusar a esta región de no cumplir el déficit marcado por el Gobierno, pero no se acompaña con la explicación de que la financiación por habitante es muy inferior a la del resto. Simplemente con que recibiera lo mismo que la media nacional –2.521 euros per cápita (recibe 2.310)– el déficit hubiera sido del 2,5%. Si se igualara a lo percibido por Cataluña –2.688 euros– hubiera llegado al 1,5 marcado por el Gobierno, por no hablar de los 2.873 euros por extremeño. Por tanto, poco podrá hacer el Gobierno de Fabra (en 2012 rebajó el gasto público en 2.000 millones de euros) si el de Rajoy no corrige esta injusticia.

En cuanto al despilfarro, todo el mundo habla del aeropuerto de Castellón y no del construido en Huesca o de los que tienen un pasajero o un vuelo al día. La Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia costó 1.200 millones de euros y recibe 1,5 millones de visitantes al año. ¿Cuántos reciben la exposición universal de Sevilla o la Internacional de Zaragoza? Ninguno, y se invirtieron cantidades mayores que en las instalaciones de Valencia. ¿Es comparable la rentabilidad en imagen internacional de la Fórmula 1, que cuesta 20 millones de euros, al circuito de motos de Alcáñiz, donde se gastaron 140 millones de euros? Se habla mucho del Ágora de Valencia, de 90 millones de euros e integrada en el complejo de la Ciudad de las Artes, y nada de la Caja Mágica de Madrid, de 294 millones de euros, cuyo único uso es un torneo de tenis. O esa Ciudad del Circo de Alcorcón a medio construir. Da la impresión de que alguien por alguna razón ayuda a desviar el tiro hacia la Comunidad Valenciana para tapar sus propias vergüenzas. Es injusto pero así es la vida.