Ángela Vallvey
Inútil
Estos son tiempos de acumulación de conocimiento (¿) inútil que sorprendería incluso a Jean-François Revel: miles de noticias que leemos/vemos en los medios de comunicación, por azar, no sirven para nada. Ejemplos: que el príncipe Alberto de Mónaco disfrutó mucho de sus vacaciones en Irlanda (oh, qué ilusión). Que un joven indonesio ha demandado a una marca de desodorantes en cuyos anuncios se veía a un batallón de mujeres acercándose al modelo que publicitaba la firma, porque dice que a él, que lleva años usándola, no se le ha aproximado ni su madre para echarle una bronca. Que en EE UU están buscando a un hombre que se comió el asiento de un autobús. (El resto de las butacas, suponemos, permanecieron intactas. Pero aún así). El número 919 se quedó, verbigracia, grabado en mi memoria durante mucho tiempo. De hecho, aún sigue ahí, pues acabo de recordarlo. No es ninguna cifra mágica, ni la contraseña del Facebook, ni el saldo de mi cuenta corriente (que anda cerca). Es el número de hombres con los que «congenió» —por llamarlo educadamente— en un solo día una actriz porno que acaba de retirarse, muy escocida (dicho sea sin guasa, metafóricamente) por no haber logrado que en su ciudad de origen la nombren hija predilecta, dada su hazaña. El alcalde no ha debido considerar el mérito. (Hay gente muy remilgada por ahí). En YouTube, un niño disfrazado de Power Ranger ve «La Guerra de las galaxias». Es como una película de Andy Warhol, pero mucho más «cool». Una granjera de Oklahoma ofrece tutoriales «on line» sobre cómo pelar patatas sin usar cuchillo. E, incluso, sin utilizar patatas. Un blog sobre la vida sexual del Pokemon. (Go!). El Mannequin Challenge de una guardería con los niños imitando a Nicolas Cage cuando sonríe. (Acaban todos llorando a lágrima viva). La detallada enumeración de los motivos por los cuales una joven actriz candidata al Óscar se come las uñas. (Debe ser lo único que come, dado su aspecto poco lustroso). Cómo abrir botellas de vodka en medio de una tormenta de hielo, según el ejército ruso. (Muy conveniente para los tropicales inviernos madrileños, por si hay huelga de hostelería)... Una lista interminable de saldos que nos aturden, de-sorientan y extravían el juicio lejos de lo realmente importante que sucede alrededor. De nada nos vale saber tanta chorrada junta, pero la tontería parece hoy la medida de todas las cosas.
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