Marina Castaño

La actitud es lo que importa

La Razón
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Hay un viejo dicho anglosajón que reza como sigue: «Puede haber nieve en el techo, pero todavía hay fuego en el horno». Significa que la edad poco tiene que ver con el impulso sexual, aunque sin embargo, con demasiada frecuencia, hombres y mujeres renuncian innecesariamente a disfrutar de una vida de pareja rica, activa y satisfactoria a pesar de que el envejecimiento avance de forma imparable. De hecho, en ese momento de la vida, la edad puede ser un trampolín para una expresión sexual renovada ya que muchas mujeres se sienten relajadas porque ha quedado atrás su época fecunda, y los cambios que experimenta un hombre pueden resultar un impulso para el desarrollo de nuevas expresiones de cómo hacer el amor. Según un informe de la Harvard Medical School, donde se discuten abiertamente los retos de los adultos, se debe aprender cómo el envejecimiento afecta a las etapas de respuesta erótica y cómo las enfermedades, los medicamentos y los problemas emocionales pueden influir en las capacidades sexuales. También este informe explora cómo se puede mejorar la condición física, cómo reavivar la energía sensual y cómo añadir estimulación y espontaneidad a las actividades carnales. Incluso informa sobre las maneras naturales para revertir la disfunción eréctil, los riesgos y los beneficios de la terapia hormonal tanto en hombres como en mujeres, la verdad sobre el punto G y cómo encontrarlo, medicamentos para la eyaculación precoz, soluciones para la sequedad vaginal y consejos para hacer el sexo más cómodo y placentero. En esta misma columna he repetido hasta la saciedad un refrán que figura en El Quijote: «Se pierde el diente, pero no la simiente», y eso que en aquellos tiempos no había investigaciones sobre ésta ni ninguna otra materia...