Iñaki Zaragüeta

La astucia no libra de la pena

Aclarémonos. Si un ciudadano comete un delito con habilidad y astucia, y se descubre, ¿está exento de causa penal y de sentencia? ¿Es eso lo que pretende el presidente catalán, Artur Mas, cuando llama a «actuar con habilidad y astucia para burlar la ley y votar el 9-N»? Se le ha ido la olla. Como decimos nosotros los dominicanos, «se le fue la guagua».

¿En serio pretende delinquir y que el Estado mire hacia otro lado? Si se le hubiera impedido incumplir algunos fallos del Tribunal Constitucional, las cosas no hubieran llegado a estas cotas. ¿Cómo es posible que un presidente, que juró cumplir la ley y hacerla cumplir, invite a vulnerarla? De verdad, tiene un problema, pero de la cabeza.

No sólo pretende imposibles, lo cual ya es para hacérselo mirar, sino que desprecia al adversario, encarnado nada menos que en la Constitución, la legalidad, el Estado de Derecho y en más del 95 por ciento de los españoles, incluida la mayoría real de catalanes.

Da la impresión de menospreciar los instrumentos legales en las manos del Gobierno, el Consejo de Estado, el TC, el Congreso, el Senado y el Código Penal. ¡Demasié! Debería recordar que el desprecio es amigo del soberbio y alguien advirtió de que la soberbia nunca baja de donde sube, pero siempre cae de donde subió.

Dicen los doctos y quienes se las dan que todo esto derivará en elecciones plebiscitarias. Pues, cuidado, que en mi pueblo tienen perfectamente identificado al animal capaz de tropezar dos veces en la misma piedra. Ya convocó unas elecciones para lograr la mayoría absoluta y bajó casi una veintena de diputados. Si recordamos quién fue, sabemos a quién nos encontramos. Así es la vida.