Alfonso Ussía

La camiseta

La Razón
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Tengo para mí que en los meses previos a la celebración de un Campeonato del Mundo de Fútbol, se celebra en el hotel con mayores y suntuosos dorados de Las Vegas el Congreso de los «Diseñadores de Ropa Deportiva Más Horteras del Mundo», la conocida asociación DRDMHM. Los diseñadores presentan sus novedades y reciben premio y diplomas los veinticinco primeros clasificados en pésimo gusto. De estos veinticinco, al menos quince son inmediatamente contratados por Adidas, la poderosísima marca deportiva alemana que domina y predomina en España. La Selección Nacional y el Real Madrid, entre otros, se nutren de esa marca en la que el buen gusto, la sencillez y la elegancia se consideran faltas graves. No me refiero a la calidad de sus productos textiles, que es altísima, sino a la fealdad de sus diseños, con sus tres líneas características mostradas por obligación contractual. Si en un futuro, la concejal de Madrid Rommy Arce, no encuentra en la política un porvenir de bienestar garantizado haría bien en intentar su ingreso en Adidas. Jaime Roures sería su avalista.

La Real Federación Española de Fútbol ha presentado la uniformidad que Adidas le ha impuesto para que los futbolistas de la Selección la luzcan en el Mundial de Moscú. Fea a rabiar. Afirma mi querido y admirado tocayo Alfonso Rojo que es idéntica a la de Macedonia. Me figuro que se refiere a la macedonia de frutas que se vende enlatada, muy generosa en colorines. Hasta ahora, lo más hortera que tenía clasificado en mi archivo son las botas vaqueras espueladas de Roy Rogers, Gene Autry, Rex Allen, Hopalong Cassidy y «El Llanero Solitario», seguidas de cerca por la «Torre Trump» y la última chaqueta estampada de Sergio Ramos. Mi archivo consta de más de mil apuntes y documentos gráficos. En la boda de Robinia Vanessa Austerman, joyera brasileña, con el ganadero y perseguidor de indígenas de Manaos Walter De Sousa, no surgieron de la tarta de bodas cuatro palomas blancas –supina horterada–, sino tres papagayos azules, que asustados por el entorno se dedicaron a picar a los invitados, llevándose en el pico uno de ellos la oreja izquierda de la madre del novio. Pues todo ello, forma parte de la naturalidad comparado con la camiseta de la Selección. El único aspecto agradable y positivo es que al ofrecer tan variado colorido los memos de las retransmisiones dejarán de referirse a ella como «La Roja».

Sucede que además de fea es inoportuna y nada respetuosa con la realidad. No hay que responsabilizar del error a Adidas, pero se supone que en la Real –sí, Real–, Federación Española de Fútbol alguien sabe de la efímera bandera republicana, tan fea y gafe para nuestra Historia. La camiseta es colorada, con las tres puñeteras listas amarillas de la marca, y para compensar, ofrece una línea vertical desde el hombro derecho hasta abajo, con rombitos amarillos y azules, que tornasolados, se adivinan morados. Se trata pues, de una camiseta de diáfana exposición republicana, y en la RFEF algún dirigente tendría que haber insinuado a los diseñadores de Adidas que esos colores no representan la España actual, que es la España constitucional, libre y democrática. No se trata de ofender a la Corona exclusivamente, sino a todos los españoles –mayoría abrumadora–, que sienten los colores de su Bandera, y en Cataluña tienen el mejor y más reciente ejemplo.

Así las cosas, la RFEF tiene que adoptar una medida, en mi opinión, de muy sencillo cumplimiento. Exigir a Adidas un nuevo diseño, sin mezcla de colores ni horteradas vanas. La camiseta colorada de siempre y los pantalones azules, que sustituyeron a los negros de los primeros años en tiempos de Alfonso XIII, por el azul de la Falange, que no se enteran de nada. Eso tan fácil. Camiseta colorada con el escudo nacional. Pantalones negros y las medias negras con la Bandera de España en la vuelta superior. Y a jugar. Horteras.