Iñaki Zaragüeta

¿La campaña más sucia?

Rita Barberá ha denunciado que esta campaña electoral es la más sucia que ha vivido durante su carrera política. Respecto a ella, seguro que es verdad aunque para su partido, el PP, la de 2004 representó un auténtico calvario por la movilización callejera organizada por el PSOE aprovechando el 11-M.

Pero no sólo para ella. Barberá está siendo objeto de un escrache bidimensional. Por un lado, el padecido el jueves por obra y gracia de un asesor de Compromís, coalición radical de izquierdas, en el mercado del Cabanyal. Por otra, la de Esquerra Unida con motivo del «caso Rus» intentando implicarla en la corrupción sin que hasta ahora exista motivo para ello. Hace un par de años, fue objeto de pintadas en su vivienda particular con amenazas de muerte.

Semejantes hechos son intolerables, más aún si se agravan extendiéndolas al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que en Palma de Mallorca padeció los gritos e insultos de manifestantes pro catalanistas y contrarios al decreto de implantación del trilingüismo en Baleares.

Hay más, porque los escoltas del presidente de la Generalitat valenciana, Alberto Fabra, lograron reducir el jueves a un joven que se disponía a agredirle cuando visitaba la zona afectada por un incendio en la provincia de Alicante.

Alguien debería decir «basta» e invitar a comportamientos democráticos. Así es la vida.