Enrique Miguel Rodríguez
La foto
Todos los días salen publicadas cientos de fotos en los medios de comunicación, muchas de ellas de gran interés pero, sin posible duda, en lo que va de semana hay una que se ha convertido en la foto, que es aquella que desplaza a cualquier otra. Ya saben, esas fotografías donde aparece Francisco Rivera con su hija pequeña en los brazos mientras da un lance a un eral en un tentadero. Han salido pies de foto, artículos y comentarios radiofónicos y televisivos para todos los gustos. Hay que reconocer que ganan los que afean al torero su acción. Se tocan dos temas de alta sensibilidad, los niños en general y los bebés en particular, reconociendo que, afortunadamente, que tanto a nivel social como legal la protección del menor es cada día mayor y, además, siempre será insuficiente que los padres, como tales, tienen una serie de derechos sobre sus hijos, pero siempre hay leyes por encima de los mismos. Hay que tomar la foto con tranquilidad. En el mundo taurino siempre han sido normales situaciones como éstas. Los niños y niñas de familias taurinas han convivido, sobre todo en el campo, con toros y caballos, y no conocemos problemas graves por ello. Dándole un quiebro al sentido del humor, siempre me parecerá más peligroso, como he dicho mil veces, los cochecitos de niño en medio de las bullas de Semana Santa, que en el cielo no ganan para pagar horas extraordinarias a los ángeles de la guarda . Si a todo lo escrito le añadimos las palabras toro o torero la combinación se vuelve explosiva. Si, además, el torero es líder mediático desde su nacimiento, con episodios de fuertes enfrentamientos con algunos medios, la polémica está servida. Estoy seguro de que tan solo diez años atrás las citadas imágenes no habrían despertado el menor interés. La Fiesta Nacional, como casi todo lo nacional, no pasa por su mejor momento. Cuenta en su contra con enemigos astutos y poderosos y de una noticia como ésta saben sacar un gran partido.
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