La frescura de «El último cuplé»

Lo siento muchísimo, estaba escuchando la radio, y, de repente, lo han dado la noticias. No coincidimos demasiado porque primero ella se fue a México, y de allí a Hollywood. Cuando volvió fue el momento en que yo partí a Alemania. Lo que nos pasa a las artistas que siempre hemos trabajado es que nos conocemos poco entre nosotras. Recuerdo especialmente un día que la invité a comer al club Puerta de Hierro. Y también cuando canté en su programa «Ven al paralelo», en el que pude verla hermosísima sin pintar.

La admiraba sobre todo por su belleza, increíblemente fotogénica, que es lo que necesita una estrella de cine, pero también me encantaba su voz, tan grave, de contraalto. Aunque España es muy mala para esas cosas, ella siempre estuvo presente en el mundo de las revistas para todo el público. De toda su carrera me gustó especialmente «El último cuplé», que fue lo que hizo más fresca y sincera. Soy habitual del canal 8, donde suelen pasar sus películas, y las veo constantemente. Me gustaría que se le pusiera una calle en Madrid. El ex alcalde Álvarez del Manzano nos decía que no nos ocurriría hasta que nos muriéramos. Así que ya tienen motivo.