La maldita simplificación

Estamos ante una palabra maldita dentro de la PAC. Cada vez que ha llegado un comisario de Agricultura nuevo a Bruselas siempre ha dicho lo mismo: mi objetivo fundamental es simplificar la PAC. Y, al final, ha terminado sucediendo lo contrario, porque no sólo no se ha simplificado la normativa, sino que la han complicado todavía más, porque otro de los objetivos fundamentales de todo comisario que se precie ha sido reformar la PAC y ahí es donde la situación se ha enfollonado más. El último ejemplo es reciente y lo padecemos todavía. Llegó el comisario Ciolos, que está a punto de dejar el puesto, y anunció «su reforma» de la PAC. Presentó sus propuestas, que los ministros modificaron. Finalmente se alcanzó un acuerdo y donde antes había un pago único por explotación ahora tenemos un pago base y distintos pagos complementarios por cumplir el reverdecimiento, por ser joven agricultor o por tener sectores como el ovino o el vacuno, a los que se concederán ayudas acopladas. En resumen, un lío. Viene todo esto a cuenta de que el futuro comisario de Agricultura, el irlandés Hogan, ha anunciado a bombo y platillo, durante su comparecencia ante el Parlamento Europeo, que su objetivo fundamental es simplificar la PAC, es decir, que a la vista de experiencias anteriores nos espera otra vuelta de tuerca y que las cosas van a terminar complicándose todavía más. En cualquier caso, estaría encantado de equivocarme y de poder decir dentro de cinco años, cuando termine el mandato de la futura Comisión Europea, que erré y que, esta vez sí, la PAC es mucho más simple y sencilla. ¡Ojalá sea así!