Alfonso Ussía
La mayor parte
La sabiduría absoluta no se alcanza con el conocimiento de la totalidad. Basta y sobra con la mayor parte. La mayor parte es la que determina, sin excusas, el dominio de la verdad. El sabio Haasderkorp, el que fuera durante decenios inspector de Pesca en el puerto de Amsterdam no marró en su veredicto: «La mayor parte de las merluzas que se pescan en el mundo se congelan, pero la mayor parte de las merluzas se quedan en el mar». Es más, creo que la demostración que constate la evidencia de un conocimiento de la mayor parte de las cosas, nos evitaría el engorro de ir a votar cada vez que se convoca un refrendo o unas elecciones. Si Puigdemont afirma que la mayor parte de los catalanes es partidaria de la independencia, ¿para qué discutir? Se le da la razón a la mayor parte y se declara oficialmente la independencia. No lo ha dicho, pero lo piensa y a punto está de soltarlo. Me refiero a Monedero: «La mayor parte de los venezolanos está junto a Maduro y el régimen bolivariano». De decir, en un momento de explosión emotiva que la totalidad de los venezolanos está con Maduro y el régimen bolivariano, abriría la puerta de la excesiva subjetividad. Pero con la mayor parte, se queda bien y pasa. Es lo que ha afirmado en el espacio que Ferreras cede a Podemos todos los días en La Sexta, la inteligente e intelectual Irene Montero. «La mayor parte de España considera a Cataluña una nación». A ver quién es el guapo que se atreve a contradecirla.
Esa afirmación tan contundente demuestra, además, el gran esfuerzo que ha invertido Irene Montero en conocer la mayor parte de España. Con las autopistas, la mejora de las carreteras nacionales, autonómicas, comarcales y vecinales, el buen funcionamiento del AVE y la normalidad de las conexiones nacionales en los vuelos regulares, no es difícil conocer la mayor parte de España. Posteriormente, preguntar a los españoles de la mayor parte de España lo que opinan de Cataluña, resulta más complicado. Pero la frase, emitida con esa seguridad, ahí queda, que de eso se trata.
Irene Montero es mujer de mucho prestigio. Se ha ganado, peldaño tras peldaño, alcanzar la portavocía de Podemos en el Congreso de los Diputados. Jamás aceptó ayudas o empujones. Sucede que la mayor parte de los militantes de Podemos considera que es la persona idónea para dar voz parlamentaria a los ideales podemitas. Sus enemigos, de dentro y fuera de su partido, con el colmillo retorcido que caracteriza a los envidiosos, intentan oscurecer la brillantez de su carrera política con menciones a ciertos favoritismos relacionados en mayor medida con los ardientes trances del amor que con su formación intelectual. Nada más lejano, y prueba de ello es que la presentadora Paula Vázquez ha reconocido públicamente su admiración por doña Irene. Y Paula Vázquez no se deja influir por nadie, que menuda es. Irene Montero ha sido sincera con su experiencia. Después de conocer en profundidad a la mayor parte de España ha concluido que esa mayor parte de España considera a Cataluña como una nación. Y como diría Tania Sánchez, y punto.
Coincidiendo con las interesantes declaraciones de la portavoz de Podemos, un compañero de partido, Alberto Torralba Campos, concejal podemita en el ayuntamiento valenciano de Paiporta, ha opinado, en un pleno municipal, que «a los animales hay que pegarles lo justo, como a las mujeres». Demuestra Torralba por qué Irene Montero es la portavoz de Podemos en el Congreso de los Diputados, y él un simple concejal de Paiporta. No ha sabido matizar. De haber dicho que «la mayor parte de España considera que a los animales hay que pegarles lo justo, como a las mujeres», nadie se atrevería a llevarle la contraria.
Siempre que sea la mayor parte de España, en Podemos triunfa el equilibrio, la cultura, la sensibilidad, la nación catalana, el amor por los animales, el respeto por la mujer y la tolerancia cero con la violencia de género. La mayor parte de España lo ratifica.
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