Iñaki Zaragüeta

La salida mala y la peor

Tenía que llegar el día del enfrentamiento entre el PSOE e IU. Si los socialistas quieren tener vocación de Estado, no pueden doblegarse ante los postulados del comunismo, menos aún cuando los marcan políticos como la consejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés, el muyahidín (lo digo por el pañuelo, kufiyya) Sánchez Gordillo o el radical Diego Cañamero, protagonistas de una dinámica totalitaria, anarquista y, en mi opinión, ilegal.

Pero, una cosa es lo que a la presidenta de Andalucía le pide la razón y otra la realidad. Por un lado, Susana Díaz querría desligarse del talibanismo comunista, sobre todo cuando su objetivo final no se limita a Andalucía. Para ello y para superar la crisis actual en su propio Gobierno, lo más indicado sería una convocatoria de elecciones para hacerse más fuerte frente a IU y ocupar el cargo por sí misma, tras una victoria electoral.

Esa línea, según comentaba ayer mi amigo Rogelio, sólo le garantiza el segundo aspecto, provenir de unos comicios, pero en absoluto más independencia de la coalición izquierdista. Las encuestas, que el Gobierno andaluz realiza permanentemente, indican una subida del PSOE y también de IU. Las dos a costa del descenso del PP.

Su maquiavelista jugada devendría en decepcionante. La bola de cristal no le soluciona el problema, ni siquiera lo mejora. Lo cierto es que Cortés, en complicidad con sus dirigentes o a solas, le ha metido en un callejón con dos salidas. Una mala y otra peor. Una ocasión para demostrar sus dotes y sentido políticos. Como dicen en mi pueblo, para las cuestas arriba quiero mi burro, que las cuestas abajo yo me las subo. Así es la vida.