La UE aprieta, pero no ahoga

Bruselas ha dado a España un respiro mayor del esperado. Le va a permitir que este año el déficit sea el 6,5% del PIB, dos décimas de punto por encima de lo que el Gobierno quería (6,3) ¿Qué significa? Que las administraciones tienen una holgura de, aproximadamente, 2.000 millones de euros más de gastos ¿Por qué la UE ha aflojado el objetivo? ¿Ha entrado en razón?

Los últimos datos lo aconsejaban. La ejecución presupuestaria del primer trimestre –conocida esta semana– no ha sido tan ajustada como se esperaba. Los ingresos se han contraído a pesar de mantener las subidas de impuestos (IRPF e IVA). Se cumple la curva de Laffer: no siempre subir tipos impositivos recauda más. Por eso, el 6,3% del PIB para el déficit de 2013 era demasiado ajustado. Cualquier directivo sabe que los objetivos deben ser alcanzables exigiendo esfuerzo. En caso contrario, se desmotiva a quienes los tienen que conseguir. Rajoy lo ha conseguido: la UE aprieta, pero no ahoga. Sin embargo, el Gobierno no puede despistarse.

A cambio de este respiro, la UE pedirá a España que siga en la senda de reducción del gasto y suba el IVA de algunos productos que lo tienen reducido. Además, en breve, el Gobierno tiene que negociar con las Autonomías, de quienes dependen Sanidad y Educación, piezas clave del Estado del Bienestar. Tendrá que pedirles que hagan más recortes sin mermar servicios. Además, deberá tomar medidas para hacer sostenibles las pensiones, debate que cada vez está más vivo. Así que aún nos queda cuesta que subir. La esperanza es que después del repecho siempre viene el llano. En ese sentido, el rumor es que los datos de empleo y afiliación a la Seguridad Social de mayo ofrecerán buenas perspectivas porque superarán las cifras de los dos últimos años. Esto, aunque también responde a la evolución estacional del paro, parece que será un motivo de alivio para el Gobierno. Un indicio de que la situación económica general también da un leve respiro ¿Por fin Bruselas se alía con el empleo?