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Las otras equiparaciones

La Razón
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Que la Generalitat amontone ya una deuda de 76.000 millones y tenga que ser mantenida artificialmente por Montoro es culpa de Madrid. Por supuesto que sí. Es culpa de un Estado estúpido que durante 37 años ha consentido que los que querían hacer saltar por los aires España gastasen a trote y moche, como si no hubiera un mañana. Cuando un jeta hace lo que le da la gana una o dos veces, es responsabilidad del jeta; cuando practica la mangancia tres o más y le sale gratis, es de quien se lo permite.

Los 75.000 kilazos de pella suponen más del doble que la de Madrid (32.000) con un millón de habitantes menos y que Andalucía (33.000) con un millón más. Es lo que sucede cuando trincas el 3% de cada obra o servicio público y construyes una estructura de Estado con recursos de región. Esa barra libre provocó un agravio comparativo que dura ya dos décadas: que los Mossos ganen un 50% más que policías y guardias civiles. Un escándalo en términos absolutos y una provocación desde el punto de vista relativo teniendo en cuenta que en líneas generales están mejor preparados y capacitados para la lucha contra el delito que sus homólogos catalanes.

Hoy se hace justicia en diferido con lo mejor de lo mejor de nuestros servidores públicos. Gente abnegada que vino a servir y no a servirse. Que los meten en un barco de mala muerte con comida que un perro vomitaría y no rechista. El CIS no miente: por algo son, junto a las Fuerzas Armadas, las instituciones mejor valoradas. La siguiente campaña de LA RAZÓN y Okdiario debe ser precisamente la del adecentamiento de las retribuciones de nuestras tropas. Y la siguiente de la siguiente, equiparar los emolumentos de nuestros representantes públicos.

Es impresentable, por no decir repugnante, que Puigdemont ganase casi el doble (145.471 euros) que el presidente del Gobierno (78.976). Un golpista y golfo disfruta de una nómina de 66.495 euros superior a la de un político honrado que respeta la ley. El desfase se mantiene entre consellers (109.663 euros) y ministros (70.368). Y, por consiguiente,¡entre los consellers y Rajoy! El Síndic de Greuges, Defensor del Pueblo catalán que no sé para qué carajo sirve, trinca todos los años ¡124.000 euros! Como tampoco tiene medio pase que un diputado raso del Parlament se lleve a casa 52.000 euros y uno de la Carrera de San Jerónimo 39.000. Cosas de un Estado tan estúpido como masoquista. Ya está bien.