PSOE

Lío en la guardería

La Razón
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Antes que un secretario general, el PSOE necesita decidir qué quiere ser y dónde pretende ir, pero no hay la mínima posibilidad de que el partido de Felipe González, el que llegó a tener 202 diputados, haga algo parecido. De lo que se trata ahora es de pillar poder, y ya nos podemos ir preparando para lo peor. Para empezar, porque el mejor candidato para liderar el partido y volver a colocarlo como fuerza hegemónica de la izquierda y alternativa de Gobierno ni siquiera se va a presentar a la primarias.

Javier Fernández organizará las primarias, tratará de seguir apaciguando ánimos y se volverá a Asturias. Y el centro del escenario, si Dios y Susana Díaz no lo remedian, lo ocupará Patxi López, uno de los sujetos más sectarios que se puede uno echar a la cara. La democracia no garantiza que salga elegido el mejor, y la gente no siempre hace lo que más le conviene. Tenemos altas probabilidades de encontrarnos en junio, al frente del segundo partido más importante del país, al tipo que llegó a lehendakari con el apoyo del PP, para traicionarle a las primeras de cambio y facilitar que el PNV recuperara el poder del País Vasco, al que convirtió la presidencia del Congreso en un chiste y no pierde ocasión de tender la mano a los nacionalistas o echar piropos a Podemos.

Habrá quien diga que este PSOE, ahormado por Zapatero y Sánchez y con buena parte de la militancia a medio camino entre la guardería infantil y la cheka, se ha ganado a pulso un secretario general así, pero España y esos socialistas que encarnan Fernández, Guerra, Vara y algún otro, merecen otra cosa.

Veremos lo que ocurre de aquí a mayo, pero se vislumbran las cartas que jugará López. De salida y fiel a su estilo, se ha encaramado en el odio sarraceno que muchos militantes del PSOE profesan al PP, convertido por Zapatero y Sánchez en el paradigma de todos los males y perversiones. Este fin de semana, unas horas después de que el asturiano Fernández subrayara que entre el partido y el país ningún político serio puede tener una vacilación en sus lealtades, López echó basura sobre la gestora, afirmando que fue un error abstenerse y permitir que Rajoy llegara a la presidencia.

No hay que ser un lince para concluir que si tiene la oportunidad hará lo que intentó sin éxito Sánchez: un apaño con Podemos, ERC, zarrapastrosos de todo tipo y el sursuncorda, para meterse en La Moncloa. Y a España que le vayan dando.