Enrique López

Lo que parece y no es

La Razón
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Nadie puede dudar de que hoy en día vivimos en una sociedad dominada más por lo que parece que por lo que es, y esto en principio, y siempre que los responsables de la formación de la apariencia, los medios de comunicación, intenten la búsqueda de la verdad y de lo verídico, no debería plantearnos mayor problema. Éste surge cuando algunos se empecinan en crear una realidad virtual acomodada a sus intereses o pretensiones y oscurecen lo que es, o sencillamente lo desprecian, generando una opinión pública errada. Algunos dicen que no solo hay que serlo sino parecerlo, y por ello cualquier sombra que genere la apariencia se convierte en algo tan o más importante que la verdad, pero lo triste es que a veces esta apariencia es creada por el propio agente informador. Esto admitido de forma general aunque sea profundamente erróneo, es totalmente contrario a la justicia y a todo lo que rodea la misma y su administración. En el mundo de la justicia lo único que debe tener relevancia es la verdad, y por ello el objetivo de la justicia en la resolución de cualquier conflicto es la búsqueda de aquella, superando la mera apariencia por más que aparezca como constatada. Que en el ejercicio del periodismo se defienda el mundo de las apariencias, las sombras del mito de la caverna de Platón, tiene un pase, pero que esto lo defiendan personas que se presentan a la sociedad como expertos en Derecho, que no juristas, no es muy acertado y además distorsiona. Como decía Maquiavelo, «pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos», y precisamente la labor del juez es lo primero y no lo segundo, resultando absolutamente perverso que el mundo de las apariencias entre en el de la Justicia.