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Los genes del PP

La Razón
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Cuesta digerirlo, pero estamos ya en campaña. Hace justo ocho días que fuimos a votar, aún no han tomado posesión de sus escaños los 350 diputados y todavía no tenemos Gobierno, pero hay que empezar a pensar ya en las próximas elecciones.

No me refiero sólo a las autonómicas y municipales que se perfilan en el horizonte, sino a las generales, que según algunos tendrán lugar antes de dos años y en mi opinión serán dentro de cuatro, como corresponde.

El PP ha ganado con más holgura de la prevista, gracias a Mariano Rajoy, quien volverá a ser presidente, aunque Ciudadanos masculle cada día con menor convicción que no van con él ni a apañar billetes de 500 euros y por mucho que repita el PSOE que ni le apoyará ni se abstendrá para que salga investido.

Si algún gen brilla por su ausencia en el código genético de los populares es el del afán renovador. Tienen el PP y sus dirigentes verdadera alergia a los cambios y la tentación, una vez instalados en el poder, felices como perdices y aferrados al refrán de que no se arregla un coche que funciona, sigan como siempre.

En otras palabras: que monten un gabinete similar al actual, mantengan a los dinosaurios en sus puestos, se olviden de la comunicación y perseveren en la tarea de gestionar el país con sensatez, sin sobresaltos ni aspavientos.

Trágico error, que se reflejaría inevitablemente en las urnas en la siguiente convocatoria, esa en la que Pablo Iglesias dice que logrará por fin asaltar La Moncloa.

Mi tesis es que los de Podemos no se verán en otra tan favorable como la que tenían este 26-J y que, si los socialistas no insisten en suicidarse como partido, irán declinando hasta acantonarse en la parcela que ha ocupado históricamente Izquierda Unida. Cabe la posibilidad de que el PSOE, al que esta vez ha salvado la campana, no juegue lo bien que debiera, se enrede con el cambio de líder, confunda las maneras a la hora de ejercer la oposición y se deje comer de nuevo la tostada por Iglesias, Errejón, Monedero, Bescansa y compañía. En ese caso, lo más crucial a tener en cuenta es la edad del electorado: Unidos-Podemos ha sido la opción mayoritaria entre los votantes españoles menores de 40 años.

Rajoy se espabila, inyecta savia nueva en el aparato, llena de caras frescas el Gabinete y empieza a lanzar mensajes ilusionantes, o nos volveremos a ver en las mismas o peor. Así que a innovar Mariano, que estamos en campaña.