Restringido
Matar a Tintori
El escritor peruano Sebastián Salazar Bondy tuvo el coraje de escribir «Lima, la horrible» y cada vez que viajaba a la capital del Perú recogían restos humanos en las riberas del Rímac, obra de un descuartizador que pasadas las décadas nunca fue descubierto. El barrio chino, lindero con el centro urbano, es inenarrable, y en el puerto de El Callao se erige la casa de putas más grande del mundo. Pero no es la más abominable ciudad sudamericana, llevándose todos los premios Caracas. Que el chavismo no haya sabido siquiera moderar la violencia caraqueña denota el poco fuelle del socialismo del siglo XXI. En la capital venezolana te matan por nada, en cualquier zona y de noche o de día en una bacanal nihilista y eso ha sido aprovechado por el régimen como paisaje para aterrorizar a la oposición democrática. Sicarios de Hugo Chávez disparaban desde azoteas sobre el bulto de las manifestaciones contra el bolivarismo, y una miss (vicio nacional) parada sobre sus tacones recibió un disparo en la frente del paquete de un motorista. La represión es aleatoria y los asesores de Chávez o Maduro, como nuestro ínclito Monedero, recomiendan matar dos veces denigrando a la víctima como acaba de suceder en vísperas de las elecciones parlamentarias con el líder regional Luis Manuel Díaz sindicado como criminal tras ser asesinado. Lo que ha aprendido Monedero sugiriendo adicciones de Albert Rivera para destruir su imagen. Eleanor Rossevelt impartió conferencias y mítines en Estados Unidos en sustitución de su esposo y Presidente incapacitado por la poliomelitis. Siempre decía : «Yo soy las piernas de mi marido». Lilian Tintori, mujer de Leopoldo López condenado a trece años por opositor hace un trabajo impagable dentro y fuera de Venezuela dando voz a los presos políticos de Maduro. Hija de un argentino huido de las dictaduras militares, licenciada en comunicación, periodista radiotelevisiva, deportista de élite, dada a causas sociales y activista de los derechos humanos, antes de casarse, no es un florero, ni una simple esposa fiel como podamos creer en Europa. Testigo del asesinato de Díaz, volvía a Caracas de la caravana electoral del Presidente argentino electo quien ha pedido a la comunidad internacional el restablecimiento de la legalidad venezolana pese a que el peronismo tiene al chavismo como hijo muy querido. Con buen criterio ha dicho que la quieren matar, pretexto zafio para declarar el Estado de excepción y aplazar indefinidamente unas elecciones que se presentan adversas para el nuevo comunismo.
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