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Mi amigo «indepe»

La Razón
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No sé, apreciado lector, si coincidirá usted conmigo en que a medida que vamos cumpliendo años uno tiene menos ganas de hacer nuevas amistades. Por lo menos a mí me pasa que el cupo de conocidos rebasa de largo mi capacidad para ubicarlos en concreto, así que me paso el día saludando a gente que ya no sé de qué los conozco.

Pero toda regla tiene excepciones. Y eso me sucedió con un amigo independentista, con el que por circunstancias y voluntad hemos ido aumentando la relación y confianza a medida que pasa el tiempo.

El otro día cené con él, un tipo simpático con buen gusto para todo aunque en sentimientos políticos no coincidamos en nada, ya que es «indepe» –pero que muy «indepe»– y de los que me explicaba que Cataluña es una nación a la que España va dejando desarrollarse y la independencia, tarde o temprano, es la salida natural. El resto de argumentos ya se los imaginan ustedes.

Le noté preocupado. Me dijo: «Mira José María, esto de que tengamos que depender de la CUP para trazar la hoja de ruta no me lo hubiera imaginado jamás». Claro que él era de los que ya recelaba de Esquerra, pero estaba convencido que se los llevarían al huerto.

Ahora lo de la CUP ya no lo digiere. ¡Unos antisistema tutelando su soñada independencia! Tan apurado lo vi que decidimos pedir otro gintónic (dicho sea de paso lo hubiéramos pedido igualmente).

Al terminar la noche me dijo algo muy significativo: «Mira, para que estos nos lleven al desastre prefiero que sigan los tuyos». Nos dimos un amago de abrazo de despedida mientras le preguntaba si lo apuntaba a la próxima Jura de Bandera. Me contestó: «Jod... como sois los españoles. Luego mientras subía al taxi pensé para mis adentros, - Vale amigo pero haberlo pensado antes -.