Carlos Rodríguez Braun
Mújica y el consumismo
Una amable seguidora en twitter me recomendó un interesante video de José Mújica (http://goo.gl/DxX0Y), donde el presidente de Uruguay, en una charla apacible y encantadora, se revela como un enemigo de la libertad. Todo el discurso repite veteranas fantasías del marxismo, aunque revestidas de la moralina progresista contemporánea. Ahora ya no es el trabajador el que es explotado por el capitalismo sino todos los ciudadanos esclavizados por el consumismo. Pero el argumento es tan claramente marxista como equivocado: alude al tiempo de vida que nos arrebata esta sociedad: en lugar de tener tiempo libre resulta que trabajamos para consumir. Y ahí viene el reproche del presidente Mújica, que trata a los demás como insensatos, porque no hemos aprendido «el valor de la sobriedad», somos unos fatuos entrampados por «esta forma mediática que va conformando nuestra cultura». Entonces, como no se nos puede dejar solos, porque en seguida vamos y compramos neveras, la conclusión es que necesitamos ¡el socialismo! Mújica es listo, y entonces matiza, no vaya a ser que creamos que es comunista, o que es un anacoreta. Pero el fondo de su mensaje es el del socialismo de toda la vida. ¿Qué es lo malo para él? Pues la esencia misma de la sociedad libre: la propiedad privada. Porque «el hombre es biológicamente socialista». Pues sí, don José, claro que sí: sólo cuando dejamos atrás las pulsiones biológicas primigenias, tan caras al socialismo, empieza a ser posible la libertad.
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