Elecciones andaluzas
No eran cuatro golfos
En materia de corrupción, el tamaño sí importa. Nunca está bonito pero no es lo mismo distraer unos miles de euros de una contrata de basura que organizar una trama para el desfalco de varios centenares de millones, puede que algún millar. Durante más de una década, con dos presidentes distintos, la Junta auspició el desvío «organizado, sistemático y extendido» de ingentes cantidades de dinero público a personas e instituciones «afines políticamente» para «poner en marcha la maquinaria electoral del PSOE». Los entrecomillados pertenecen a distintos autos de la jueza Mercedes Alaya.
Como consecuencia de un lustro de estajanovista instrucción de Alaya, personajes principales del socialismo español se sentarán en el banquillo: dos expresidentes de la Junta y del partido como Manuel Chaves y José Antonio Griñán, en cuyos consejos de gobierno se sentaba, dicho sea con perdón, Susana Díaz.
El procesamiento de los antiguos líderes supone un fracaso en la estrategia de defensa puesta en marcha por el PSOE desde el inicio de la causa. Ante la evidencia de que existía una mala praxis en el uso del dinero, el «fondo de reptiles» que definió todo un director general, el partido quiso circunscribir enseguida el problema a «cuatro golfos» que se habían aprovechado de la buena fe de la Administración. Desbordada esta primera línea, el PSOE usó como escudos humanos a ciertos altos cargos, alguno de los cuales llegó a probar el confort de las celdas, como el exconsejero de Empleo Antonio Fernández, o su sucesor José Antonio Viera, uno de los mentores de Susana Díaz. A esas alturas, dos gobiernos de la Junta habían caído.
La obsesión de Díaz, desde su llegada a la presidencia, ha sido romper con un pasado que la persigue porque ningún socialista andaluz ha podido ser ajeno a una trama tan minuciosamente ejecutada. Excepto ella, tanto la ejecutiva regional como el gobierno autonómico están limpios de responsables de aquella época. Por eso, hasta ayer se confiaba en la sede de la calle San Vicente en que los antiguos líderes quedasen libres al menos de responsabilidades penales. Se teme que este procesamiento múltiple: tenga duras consecuencias para el 26-J, en las que puede que el PSOE se juegue mucho más que la legislatura: se juega su supervivencia como partido relevante. La Justicia puede tardar, pero acaba llegando.
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