José Manuel Soria
No sirve el «yo no he sido»
Los «papeles de Panamá» no dejan pasar un día sin sorpresas. No se lo creerán, pero todos los que salen en la lista del despacho de abogados Mossack Fonseca se muestran ofendidos porque ellos no tienen nada que ver. Son como críos. Todos se esconden tras esa famosa barrera que se llama «yo no he sido». El islandés Sigmundun David Gunnlaugsson se ofendió tanto que abandonó una entrevista televisiva. Dimitió. Ahora es ex primer ministro. David Cameron, inglés, arguyó que era cosa de su padre. Luego supimos que tenía invertidas 30.000 libras. Mauricio Macri, argentino, también apareció en los papeles. Se mostró desconcertado. También argentino, Lionel Messi, ha amenazado con querellarse contra todo aquel que insinúe que tenía una empresa en esos lares.
Y españoles, varios. Pilar de Borbón, Miguel Arias Cañete, Miguel Blesa, empresarios, y el último, el ministro de Industria en funciones, José Manuel Soria. «Yo no he sido», ha dicho. «No tengo nada que ver». Lo cierto es que su nombre aparece. Sólo por poco tiempo, pero aparece. Que esta aparición en la creación de la empresa fue un error. ¿Cuál fue el error que cambió un hermano por otro? ¿Sabía el ministro de qué iba la cosa? ¿Dejó de figurar porque iba a ser candidato a alcalde? ¿Por qué el ministro no ha dicho nada si sabía que su hermano era el titular de una empresa «offshore»? Soria afirma categórico: «Todo es falso». Sin embargo, si su nombre fue registrado, era consciente de ello. Me pregunto por qué no ha dicho una palabra desde que salieron a la luz los «Panamapapers». Ahora tiene que dar la cara, por obligación, y a la defensiva. Dice que nunca ha tenido una empresa en Panamá. En esto no miente, la empresa fue registrada en Panamá, pero ubicada en las Bahamas. ¿Es punible judicialmente esta actuación? ¿Se han evadido impuestos? Sinceramente, no lo sé. Eso lo decidirá Hacienda y los tribunales, en su caso. ¿Es punible éticamente? Sí, de forma taxativa, y reprobable. El ministro sabía que su hermano tenía una empresa, digamos que dudosa. Sabía que su nombre había figurado y fue retirado por error. Haría bien en explicar por qué apareció y cuál fue el error para retirar su nombre como apoderado. Por qué no ha dicho esta boca es mía durante ocho días. Sabía que iba a aparecer. ¿Por qué calló? José Manuel Soria debe dar explicaciones y las hasta ahora dadas son insuficientes a todas luces. Insuficientes para un ministro del Gobierno. No es una cuestión legal, ni fiscal. Es sobre todo ética. No puede esconderse tras su hermano. No sirve, señor ministro, el «yo no he sido».
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