Julián García Candau
No supo jugar
El Barcelona no supo jugar en San Siro contra el Milan. Se empeñó en practicar el futbol imposible, paredes contra muros y ello se convirtió en una derrota que puede dejarle fuera de la competición. Al Milan le bastó atrincherarse y buscar el contragolpe. Ni siquiera esta vez salió Messi al rescate.
El Barcelona dominó el balón: 66 por 34. Los mayores peligros los creó el Milan. El equipo barcelonés hizo que durante mucho tiempo en el campo milanés hubiera 21 futbolistas, aunque Víctor Valdés tuvo más problemas que su colega Abbiati. Los barcelonistas hicieron un juego empalagoso porque tanto pase horizontal, sin buscar la puerta por las bandas, hacía imposible llegar al gol.
A los equipos italianos, aunque los compongan jugadores de diversas nacionalidades, no les importa ceder la pelota. Es lo que hicieron los locales desde el comienzo. El Milan mantuvo un sistema de absoluto pánico con dos líneas de cinco jugadores por delante del portero. Solamente El Shaarawy, en la doble misión de atacar y defender, algo inaudito cuando se trata de un jugador de su condición, se acercó al gol. Pese a ello, marcó dos.
Alves y Alba no llegaron con frecuencia por las bandas y el empecinamiento de buscar las paredes por la maraña de milanistas hizo que el partido fuera tirando a soporífero. El Barça no tuvo ritmo. No buscó más alternativas que llegar por el centro. Y ni siquiera supo encontrar el error de Zapata, jugador que en el Villarreal, en este sentido, era infalible. Tanto que con sus fallos lo mandó a Segunda. Ayer, por el contrario, tocó un balón con el brazo, pero en el área barcelonista y posibilitó el tanto de Boateng.
Posdata: ninguno de los jugadores de quienes cabía esperar la idea brillante encontró inspiración.
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