Historia
Noviembre
Noviembre es mi mes. En noviembre nací a la luz de un candil, en Sarnago, en el cuarto de afuera, el del reloj, de la casa que da a la plaza. Esos son mis orígenes. Aquel día nevaba y los españoles estaban en guerra. Es natural que sienta apego hacia este lugar y hacia este mes, que arranca con «los Santos, nieve por los altos» y se cierra con San Andrés, «nieve en los pies», al que precede el día 25 Santa Catalina, con «nieve en la cocina». Siempre la nieve, como santo y seña de los que venimos de las Tierras Altas, lugar de largos inviernos y soledades, con las chimeneas humeantes, la lumbre encendida, las ovejas empezando a parir en la majada, situada en los bajos de la casa, y las primeras úrguras amenazando a los desprevenidos que sorprendan en el monte o en el raso en una noche oscura. Y en medio, San Martín, el de la capa, que es cuando se siembran los ajos, y el cerdo es arrastrado hasta el banco de la matanza. Aunque la alegría de San Martín son las castañas, las nueces y el vino, según dicen.
Déjenme que me vuelva a aquellos noviembres de la infancia. Las yuntas están ya paradas y ociosas, retozando en la dula. A mediados de noviembre, si no has sembrado no siembres. ¡Ay la pertinaz sequía! El campo se oscurece. No sobra el tapabocas ni de día ni de noche y mucho menos de madrugada. Ya se fueron los pastores a la Extremadura y la sierra se ha quedado triste y oscura. Los pueblos se encierran sobre sí mismos. Se agarran las nubes a la Alcarama. Los trujaleros preparan el hato para bajar al trujal, y las mujeres, el cesto y el carburo del trasnocho. El tiempo se para o lo parece. Han pasado las grullas y las ocas salvajes viajan hacia el Sur, he recogido los membrillos y ha vuelto el petirrojo. El jardín está cubierto de hojas secas. Empieza a llover, por fin. He encendido la chimenea. Los comercios inauguran, sin esperar al Adviento, las luces de Navidad. Están a punto de poner su tenderete caliente las castañeras, y las loteras exhiben sus tiras en la Puerta del Sol. Sólo Cataluña altera, inmisericorde, el noviembre de España.
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