Julián García Candau

Nuevos hábitos

El Madrid es ya club de hábitos, muy tradicionales en otros lugares europeos. Con el presidente se cambió la Ciudad Deportiva y con Ancelotti se usan las instalaciones, propias de entidad que toma todas las medidas para que la preparación de los futbolistas sea la más idónea. Los jugadores tienen entrenamiento matinal, almuerzan en Valdebebas y en la residencia echan la siesta para estar listos en la sesión vespertina. Tal sistema no es novedad porque los grandes clubes, incluso los medianos, ya establecieron hace años tal modus vivendi. Permite mayor control en los días de preparación e incluso en las vísperas de los partidos.

Con Ancelotti se sigue un sistema novedoso, también lo es en lo tocante a lo humano. Han puesto a su disposición una plantilla a la que le sobraban varios miembros. Han salido Callejón y Albiol y se ha quedado Kaká. El Madrid ha podido deshacerse de lo vendible. El grave problema está en los altos salarios. Desprenderse de alguno lleva unido, junto al traspaso, una ficha que no es aceptable por todos. Sorprende que Kaká se haya quedado. Ello no tiene otra explicación que la dificultad de su venta. Ancelotti está dispuesto a aprovechar las cualidades del jugador, que aún son muchas, aunque no pueda ser el que llegó al club. Los años y las condiciones en que ha jugado las últimas temporadas no le han añadido valor.

Posdata. El mercado no compra al alza jugadores en baja.