PSOE
Oposición rentable
“Un verdadero maestro de las artes marciales vence a otras fuerzas enemigas sin batalla, conquista otras ciudades sin asediarlas y destruye a otras naciones sin emplear mucho tiempo”. Es una de las lecciones más importantes del general Sun Tzu en su conocido libro “El arte de la guerra”.
Esta reflexión aporta luz en el debate que se ha abierto entre algunos periodistas y creadores de opinión acerca de si el PSOE está haciendo oposición al gobierno o no. La cuestión, así planteada, no merece ni un minuto de reflexión, sencillamente se trataría de un ataque demagógico hacia los socialistas.
Quizá el debate más correcto se enmarcaría en el ámbito de dilucidar qué tipo de oposición es más efectiva a la hora de cumplir con su finalidad.
Deberíamos preguntarnos acerca del objetivo que debe tener la oposición. Hay quienes piensan que el único fin debe ser erosionar al Gobierno hasta llegar a sustituirlo. Esto no deja de ser cierto, pero solo en parte. La razón que justifica el ataque del adversario es que se necesita el poder para ejercerlo de manera diferente, para desarrollar un programa político alternativo.
Los que conciben la oposición exclusivamente como la movilización de los ciudadanos en las calles, olvidan que antes de llegar a eso hay que intentar frenar las iniciativas del Gobierno en las Cortes y en otras instituciones. Si ese intento fracasa por la cerrazón del Ejecutivo, se abre la vía de la movilización. De lo contrario, solo sería el resultado de la insolvencia parlamentaria o estaríamos ante un ejemplo de populismo.
Es cierto que cuando un Gobierno tiene mayoría absoluta suele ser el único instrumento al alcance de la oposición porque el poder se ejercita sin necesidad de obtener más apoyos que los que le dieron las urnas. No es el caso de España en este momento.
Limitar la acción política de la oposición al rechazo sin más o a la movilización callejera es, sencillamente de gran pobreza intelectual y política. Los votantes que dieron su confianza al PSOE, lo hicieron para que tuviese la oportunidad de cambiar las cosas que no funcionan desde el Gobierno, entendiendo que este es el lugar desde donde se deciden las políticas.
El resultado en las urnas frustró la intención que tenían esos votos, pero solo en parte. Efectivamente, si los votantes socialistas querían una subida del Salario Mínimo Interprofesional, la oposición socialista, en el Parlamento, lo ha conseguido. Si lo que deseaban con su voto es el cambio de la Ley mordaza, el Gobierno ya está abriendo el candado para modificar los extremos intolerables de dicha norma y, por si hay dudas, el PSOE ha registrado una Proposición de Ley. Ante el rechazo de la Ley educativa por amplios sectores de la sociedad, el Gobierno, antes de observar impasible como una mayoría de diputados la deroga, intenta abrir un proceso de negociación.
Es decir, que el PSOE está siendo decisivo no en el sostenimiento de un Gobierno conservador, sino en el cambio de las políticas que hizo en la anterior Legislatura.
Si hubiese ganado las elecciones, todo sería más rápido y la posición de poder diferente, pero la democracia habló.
El Partido Popular está modificando sus posiciones anteriores, esto también le obliga a no volver a ellas. En definitiva, debería suponer mayor estabilidad legislativa en el largo plazo.
El PSOE ha optado por el concepto “Oposición rentable” para los ciudadanos y la lucha por ostentar el poder tendrá lugar cuando toque. Quienes tendrán que dar explicaciones son los que han renunciado a ejercer el poder en las Cortes, ellos son los que no hacen oposición. Quizá no han comprendido nada.
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