Política

Francisco Marhuenda

Otro debate innecesario

Otro debate innecesario
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Durante unos días, desafortunadamente, estaremos inmersos en un debate que ni interesa ni preocupa a la sociedad española. El poder de convocatoria de los republicanos se ha comprobado estos días en las calles. Por ello es bueno que nadie saque de contexto lo que es una expresión respetable pero minoritaria. Me preocupa más el apoyo de algunos políticos y periodistas a la peregrina idea de que el futuro Rey debe promover un referéndum para legitimar su reinado. Es un planteamiento tan irreflexivo como inconsistente. Me hace recordar una frase de Don Juan Carlos a dos antiguos miembros del Consejo Privado de Don Juan cuando les preguntó irónicamente sobre un monárquico que no dejaba de dar lecciones: «¿No podríamos conseguir que fuera menos monárquico?». El proceso debe seguir los pasos constitucionales y pedir que no se produzcan ocurrencias, porque a nadie se le pasa por la cabeza en Gran Bretaña, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Noruega o Japón realizar planteamientos tan excéntricos. No es una casualidad que la institución goce en esos países de una abrumadora aceptación. Don Felipe no necesita pasar por el refrendo de las urnas como si fuera el príncipe Luis Napoleón Bonaparte. Su legitimidad emana de la Constitución de 1978 que votamos los españoles. Me horrorizan los monárquicos o los republicanos exaltados, y más aún los que se han aficionado al derecho constitucional y a la historia para pontificar como si fueran grandes expertos. Las instituciones del Estado no pueden estar sometidas a los vaivenes de una coyuntura política o al vértigo de algunos políticos que confunden las movilizaciones minoritarias con el sentir de una sociedad. Una de las grandes habilidades de Don Juan Carlos ha sido un olfato político que le permitió protagonizar el tránsito de una dictadura a la democracia, pero también ejercer su alta magistratura con eficacia con gobiernos de centro derecha y de centro izquierda. Lo hizo de forma impecable y jamás se salió de su papel constitucional mostrando simpatía por unos u otros. Don Felipe ha tenido un buen maestro en su padre, así como con la pléyade de personas que fue situando a su lado para completar una formación excelente para ser algún día, también, el Rey de todos los españoles.