Juan Roldán
Otro folletín en la Casa Rosada
Cristina Fernández se encuentra en una especie de huida hacia adelante para tapar los escándalos que se le acumulan: desde la ocultación de las cifras reales de la inflación, las denuncias de corrupción hasta las quejas por la reforma judicial que socavan la separación de poderes. El último folletín que ocupa a la Casa Rosada es intentar ocultar las noticias sobre cómo los Kirchner multiplicaron por siete su fortuna entre 2003 y 2007 y la evasión a paraísos fiscales. Las cantidades son difíciles de comprobar, pero se habla de 55 millones de euros a través de 40 sociedades interpuestas. Hay que recordar que en estas operaciones de dinero contaron con la ayuda hasta su muerte de Chávez, y que se descubrieron en su día con el tráfico de divisas en maletas entre los aeropuertos argentinos y venezolanos.
Pero los escándalos financieros no son los únicos que acechan a Fernández, que ha optado por seguir el ejemplo de sus homólogos de Venezuela y Bolivia en el empeño por vulnerar el equilibrio institucional. La reforma judicial impulsada por su Gobierno amenaza con dinamitar la separación de poderes, al aumentar el control del Ejecutivo sobre la judicatura. Lo que la presidenta califica de «democratización de la Justicia» es una burda maniobra para ocultar que el nuevo Consejo de la Magistratura cambiará su composición en el futuro. El órgano encargado de la selección y destitución de los jueces terminará siendo elegido por el voto popular, no por sus gremios como ahora. Para ello deberán ser candidatos en las listas de los partidos. Pese a la protesta de la ONU, la reforma sigue adelante. Fernández blinda su futuro.
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