Podemos
Pablo gana a los puntos
Mientras los ojos de los observadores están puestos en la crisis del Partido Socialista, Podemos se desangra internamente. Y todo apunta a que la primera batalla entre el Sr. Pablo Iglesias y el Sr. Íñigo Errejón la va a ganar el número uno de la formación.
El Sr. Iglesias se ha aplicado el típico apócrifo atribuido al hugonote Enrique de Navarra, “Paris vaut bien une messe”, cuando renunció al protestantismo para convertirse en Enrique IV de Francia. La diferencia, en este caso, es que el Sr. Iglesias vuelve a posiciones políticas con las que se identifica realmente.
En ese marco hay que interpretar el nuevo viraje, en el que Podemos ya no quiere ser socialdemócrata porque considera estéril la acción en el Parlamento y se plantea tomar la calle.
Lo que ha ocurrido en esta guerra fratricida es que el Sr. Iglesias se ha asegurado la victoria pactando con el sector más radical, Izquierda Anticapitalista.
La puesta de largo se ha hecho cuando la mano derecha del líder, el Sr. Ramón Espinar, anuncia el acuerdo en Madrid, con el que desplazarán al sector errejonista de la Sra. Rita Maestre y la Sra. Tania Sánchez.
Pero lo que es una enconada guerra de corrientes de poder con rencillas y rivalidades difíciles de entender en un partido que tiene poco más de dos años de vida, tiene consecuencias en el escenario nacional.
Hace unos días el Sr. Iglesias, en un acto que rezumaba vintage político, justificaba la vuelta a la movilización en las calles porque “67 diputados son muchos, pero no suficientes” y declaraba inútil el papel de Podemos en el Congreso de los Diputados.
La cruz de la moneda la representa el Sr. Errejón, menos castrense y más político. Para él “hay juego, el Parlamento está vivo, porque el previsible Gobierno de Rajoy va a nacer débil” y "la oposición le puede obligar a corregir cosas”.
Embriagados por el éxito de haber conseguido un hueco en la política, han cometido varios errores. El primero, confundir el adversario. Cuando el Sr. Iglesias analizó el resultado de las europeas de 2014, los primeros comicios a los que se presentaron, apuntó como objetivo ganar al PSOE. No se planteó nada respecto al PP.
El segundo de los errores es que han intentado mostrar un tablero en el que la pureza ideológica era exclusiva de ellos, dibujando un PSOE “entregado” a los intereses del PP por abstenerse en la investidura del Sr. Rajoy.
Precisamente ese voto en contra en el Parlamento es lo que les hará irrelevantes en los próximos años. Es frustrante para sus electores haber tirado a la basura de la inexistencia la ilusión y esfuerzo que pusieron en la formación emergente.
El Sr. Iglesias reconocía en su último mitin su incapacidad para cambiar la vida de la gente. Se equivoca cuando lo atribuye a que no tiene diputados suficientes. Es irrelevante porque le ha quedado demasiado grande la responsabilidad de cambiar el país.
El Sr. Errejón lo ha visto claro, se siente menos cómodo con el discurso radical y prefiere hacer política en el Parlamento a tomar la Puerta del Sol, sabe que la sociedad española ha pasado de la protesta a exigir soluciones a sus problemas, son demasiados años de crisis.
El PSOE, en dos semanas, se ha convertido, de nuevo, en el partido más relevante en España, de él depende limitar la acción política del PP e incluso revertir las leyes más polémicas de la pasada legislatura.
Es una lástima que haya dirigentes del PSOE que esto lo tengan poco claro, como el Sr. Iglesias.
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