Julián García Candau

Pesó la economía

La austeridad no ganó. Venció la opulencia, la seguridad, la economía sólida. Madrid cayó en la primera ronda. Más que resultado decepcionante casi habría que hablar de humillante. Sin duda se había creado un ambiente excesivamente optimista. Ganó Tokio por una serie de razones que la hicieron favorita. Contra la capital española jugaban la influencia económica japonesa, los muchos años sin Juegos, desde 1964, el peso del dopaje contra nuestro deporte, que se sigue pagando y, fundamentalmente, la influencia que en el Comité Olímpico Internacional tienen las empresas niponas y la proximidad en el tiempo de Barcelona 92.

Madrid ha recurrido a decir que es la única gran capital europea que no ha tenido Juegos, lo cual es tanto como despreciar a otras ciudades, que también merecen consideración como Viena, pongamos por caso. Sorprendió que hubiera que eliminarse con Estambul, ciudad perteneciente a un país que no ha sido admitido todavía por la Comunidad Europea. También fue sorprendente la escasez de votos para la candidatura española dadas sus previsiones.

La precaria situación económica española pesó porque los miembros del COI suelen jugar a la seguridad y creen en Japón a pies juntillas. Saben que han patrocinado acontecimientos deportivos y que fueron clave para la construcción del Museo Olímpico de Lausana. Tokio partía con ventaja a pesar de la central de Fukushima. El Gobierno japonés garantizó la seguridad puesta en entredicho. A los japoneses les tomaron en cuenta la promesa y a Madrid no se le consideró la posibilidad de que con siete años por delante la economía sea diferente.

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